Fumar en el metro
Uno empuja la puerta para entrar al metro, y lo primero que ve son carteles de "prohibido fumar"; sin embargo, está lleno de fumadores, colillas y demás. Ningún vigilante dice nada, y eso que a veces hasta se recuerda por los altavoces. Las normas se quedan en papel mojado, aunque los fumadores dicen que se sienten perseguidos. Son ellos los que persiguen con sus malos humos en todas partes, sin darse por aludidos ante ningún cartel. -
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