GABRIEL SOPEÑA POETA Y MÚSICO "El vedetismo ha sustituido al canto popular"
Gabriel Sopeña era apenas conocido en el mundillo del arte por un puñado de lectores y amigos que asistían a sus conciertos, hasta que se alió con una celebridad del rock español llamada Loquillo. Éste puso la garra escénica, aquél vistió de música algunos poemas en lengua castellana -desde Neruda a Salinas, pasando por Benedetti, Gamoneda y Octavio Paz-, y todo comenzó a rodar. El proyecto conjunto cuenta ya con dos discos, La vida por delante y Con elegancia, y cada vez promete más. Recientemente, el dúo se presentó con su banda habitual en el Gran Teatro Falla de Cádiz, donde se dieron cita a partes iguales rockabillys de tupé afilado y amantes del verso bien dicho y bien cantado. Pregunta. ¿Quién necesitaba más de este proyecto, el rock o la poesía? Respuesta. Si te digo la verdad, nosotros. Era una necesidad personal, porque música y poesía forman un binomio histórico que siempre ha funcionado bien. En cierta medida, vienen juntas una y otra desde el principio de los tiempos. Lo que ocurre es que el concepto de canto popular se ha ido perdiendo a lo largo de los años; ahora se aplica más el del vedetismo. P. En todo este tiempo, ¿ha habido algún poema que no se haya dejado poner música? R. En absoluto, todos tienen su música. P. Su idilio con Loquillo dura ya dos discos, y dicen que no hay dos sin tres. ¿Para cuándo? R. Bueno, hay que dejar claro que no somos pareja de hecho. En realidad nos odiamos, pero nos tomamos las cosas con mucha tranquilidad, con mucha calma. Cada uno seguimos con nuestra carrera, y cada equis tiempo nos reunimos. Loquillo sigue funcionando por su cuenta con Los Trogloditas, yo estoy produciendo a María Creusa y a Ludmila Marcerón, y pronto editaré un nuevo libro de poemas, pero todos los inviernos procuramos hacer un buen montón de actuaciones. Es un proyecto a muy largo plazo, no hay ninguna presión. P. Mientras Loquillo sigue fiel al credo de Elvis, usted parece más cerca de Phil Ochs o Woody Guthrie. ¿Quién de los dos da su brazo a torcer? R. Creo que, aunque bebamos de un mundo o de otro, estamos en lo mismo. Es cierto que El Loco bebe más de El Rey, y yo de Ochs. Influye la forma en que te crías, los amigos que tienes... pero también es verdad que hubo una época en mi vida en que yo no paraba de escuchar a Buddy Holly, a Elvis Presley, a Gene Vincent y luego dejo de hacerlo y no paro de escuchar a Phil Ochs. Y al revés: de hecho, el primer disco de Loquillo, Los tiempos están cambiando, está dedicado a Phil Ochs, e incluso figura en el museo que lleva su nombre, en Estados Unidos. Fue la primera persona que entendió que la poesía y el rock son la misma cosa.
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