La Complutense revalida su confianza en Rafael Puyol como rector hasta el año 2003
Rafael Puyol Antolín hizo ayer buenos los pronósticos que le daban como seguro vencedor en las elecciones a rector de la Universidad Complutense de Madrid. El hombre que accedió a la máxima responsabilidad universitaria en noviembre de 1995 revalidó su cargo hasta el año 2003 con muy notable holgura: el 58% del claustro le respaldó con su voto (355 papeletas). Los dos candidatos de izquierdas se quedaron a mucha distancia: José Carrillo logró 127 apoyos (20,6%) y 118 claustrales (19,1%) optaron por Arturo Romero. El índice de participación quedó por encima del 95%.
Pocos dudaban de que Puyol, gijonés de 54 años, se impondría en estas elecciones universitarias, pero la incógnita se centraba en determinar si obtendría la mayoría absoluta a las primeras de cambio. Para ello tenía que reunir, al menos, 324 papeletas con su nombre -suponiendo que votaran todos y cada uno de los 646 claustrales-, un listón que, al final, superó holgadamente. De esta forma, Puyol se acostó ayer sabiéndose rector de la primera universidad española (6.000 profesores, 110.000 alumnos, 3.000 trabajadores de administración) para los próximos cuatro años sin tener que esperar a la segunda vuelta de las votaciones, fijada para mañana.La jornada electoral de los tres aspirantes comenzó a las diez de la mañana con su último alegato ante los claustrales. El orden de estas intervenciones, establecido por sorteo, coincidió con el que luego arrojarían las urnas: habló primero Puyol, le siguió Carrillo, y Romero cerró el turno de palabra. La participación fue muy elevada: además de los votos a los tres candidatos se contabilizaron nueve papeletas en blanco y ocho nulas, para sumar un total de 616 (el 95,5% del censo).
Con el segundo mandato de Puyol se consolida la supremacía de los sectores moderados y conservadores en la Complutense, una universidad que no conoce un rector de adscripción progresista desde hace 15 años. En estas elecciones, la izquierda (PSOE, IU, sindicatos y el bloque de estudiantes progresistas) luchó por consensuar un candidato único, pero al final se dividió entre los partidarios de Romero (apoyado por amplios sectores del socialismo y de UGT) y los de Carrillo (más escorado a la izquierda).
De cara a estos próximos cuatro años de gestión, Rafael Puyol ha prometido un gran plan estratégico que defina el modelo de la universidad y en el que participen "todas las grandes sensibilidades, sin excepción" del campus. "Ese plan tiene que servirnos para definir nuestro modelo de universidad en los grandes aspectos: los recursos humanos, la formación, la investigación, la organización cultural y la captación de recursos", enumeró el triunfador de la jornada electoral, y remachó: "He abogado y seguiré haciéndolo siempre por una política de consenso y participación. Un proyecto de esta envergadura no puede nacer cojo".
Defensor del Universitario
El catedrático asturiano también se comprometió a que una de sus primeras decisiones será la designación del Defensor del Universitario, "una asignatura pendiente, sin duda, de mi primer mandato". Otro de sus objetivos pasa por contribuir a que la Complutense reduzca su alumnado a 70.000 alumnos en un plazo de diez años, 40.000 menos que en la actualidad. En el terreno académico, precisamente, Puyol confía en implantar cinco nuevas titulaciones: Marketing, la licenciatura de Ciencias Ambientales y las diplomaturas de Turismo (ésta, junto a un "gran instituto" de estudios turísticos), Nutrición y Dietética y Traducción e Interpretación. Esta última estará ya lista de cara al curso 1999-2000.En el otro bando, el de los derrotados, las caras eran de evidente decepción. José Carrillo, decano de la Facultad de Matemáticas y candidato promovido por Izquierda Unida, Comisiones Obreras, el Bloque de Estudiantes de Izquierdas y los decanos más progresistas, apenas pudo superar los resultados de Carlos Berzosa, su antecesor natural, en las elecciones de 1995, con la salvedad de que entonces eran cinco los candidatos que concurrían a los comicios.
"Habría sido mejor para la Complutense una segunda vuelta electoral, pero el claustro es el que es y los resultados son los que son", apuntó el segundo hijo del histórico dirigente del PCE Santiago Carrillo con cierto fatalismo. Después de su primera experiencia electoral, este profesor de Matemática Aplicada se mostró partidario de modificar la Ley de Reforma Universitaria para que la elección del rector no se restrinja sólo a los integrantes del claustro (los representantes de los profesores, los alumnos y el personal de administración y servicios). "Sería una manera de que este proceso resultara más participativo", sugirió.
En cuanto al catedrático de Química Arturo Romero, los resultados de ayer le dejaron muy lejos del pronóstico que había esbozado en estas páginas sólo un par de días antes: "Habrá segunda vuelta y en ella estaré yo". El hombre que ejerció como rector en funciones desde la marcha de Villapalos (junio de 1995) hasta el triunfo de Puyol no podrá volver a ocupar ese despacho.
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