La víctima de la V-30 era un vecino de Patraix que sufría depresiones

La Brigada de Policía Científica del Cuerpo Nacional de Policía ha identificado, a través de las huellas dactilares, el cadáver despedazado por numerosos vehículos en la madrugada del pasado martes en la V-30, la autovía del nuevo cauce del Turia, cerca de Valencia. Se trata de José Manuel G. P., de 33 años, un vecino del barrio de Patraix (a menos de un kilómetro del lugar del siniestro) que sufría depresiones. Los familiares han explicado a los agentes que el fallecido estaba soltero, no trabajaba y vivía con sus padres. No fumaba ni tomaba bebidas alcohólicas. También han dicho que sufría depresiones, que se agravaban en primavera, y que varias veces salía solo de madrugada, cruzaba los cuatro carriles de la V-30 y se tumbaba en el talud de cemento del nuevo cauce del Turia para contemplar las estrellas mientras escuchaba el walkman. La Policía Local ha hallado en el lugar del accidente la parrilla frontal de un camión, de la marca Man, y cree que esta pieza se desprendió al golpear al peatón. Se inclinan a pensar que ese camionero "pensó que había atropellado a un animal y a estas horas puede estar en Bélgica o Alemania sin enterarse de nada".