Información espacial para una conferencia de rayos y relámpagos

A los relámpagos les gusta más la tierra que el mar, afirman los científicos que están estudiando estos fenómenos eléctricos atmosféricos con ayuda de un sensor (el LIS), embarcado en un satélite, capaz de observar esos fogonazos luminosos en casi toda la superficie del planeta. "El 90% de los relámpagos se produce sobre tierra firme", han constatado los investigadores."Creemos que la mayor actividad de relámpagos sobre tierra firme se debe, en primer lugar, a la acentuada convección -la continua circulación de la atmósfera debida a que el agua evaporada de la superficie terrestre transporta el exceso de energía calorífica a la alta atmósfera-", explica Hugh Christian, investigador principal del LIS (siglas en inglés de lightning imaging sensor) instalado a bordo del satélite japonés Tropical Rainfall Measuring Mission. "En concreto, la convección es mucho mayor sobre tierra firme, lo que genera una mayor producción de hielo y, consecuentemente, más relámpagos".

Esta distribución desigual de la frecuencia de los relámpagos, tal vez debida a que el calor continental intensifica la convección, es uno de los temas estrella de la Conferencia Internacional de Electricidad Atmosférica que se celebrará la semana próxima en Alabama (Estados Unidos).

Cada relámpago, y se registran varios centenares cada hora en la Tierra, genera aproximadamente un billón de vatios de electricidad en unos microsegundos. El relámpago calienta el aire hasta 15.000 grados centígrados y más en su recorrido, unas tres veces la temperatura de la superficie solar, afirman los científicos de la NASA que preparan la conferencia.

Predicción de tornados

Las tormentas y los relámpagos se han estudiado tradicionalmente desde el suelo, pero a principios de los años ochenta empezó a florecer la observación de estos fenómenos atmosféricos desde el cielo, primero con instrumentos colocados en aviones volando a gran altura, y después desde aparatos orbitales, ya sean satélites o cámaras colocadas en los transbordadores espaciales. También se utilizan radares.Los especialistas están investigando la potencialidad de los relámpagos como portadores excelentes de información en tiempo real acerca de la energía que hay en las tormentas. Las formaciones nubosas son buenos indicadores de la convección atmosférica, afirman; sin embargo, proporcionan pocos datos acerca de lo que está sucediendo en el interior profundo de las nubes. "Creemos que los relámpagos responden muy rápidamente a lo que sucede en el centro de las nubes", ha comentado Christian. Y la capacidad de vigilar de cerca lo que sucede dentro de las nubes, afirma, puede ser una herramienta valiosa de predicción.

Un aumento rápido de la intensidad de los relámpagos en una zona puede ser la pista que los científicos estaban buscando para detectar la intensificación de una tormenta que puede ser precursora de tornados. Este fuerte aumento, que significa intensificación del desplazamiento vertical de la tormenta, generalmente es seguido por un descenso rápido, lo que sugiere un colapso. La relación parece ser que la convección fuerte hacia arriba provoca un aumento de la tasa de relámpagos; entonces la convección colapsa generando corrientes hacia abajo que provocan un descenso acusado de los relámpagos y sentando las condiciones para que se desencadene un tornado.