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El 87% de los fumadores andaluces comienza su hábito antes de los 20 años

Los datos sobre el consumo de tabaco de manera regular siguen apuntando hacia las edades tempranas como la puerta hacia el hábito o, incluso, la adicción al tabaco. En concreto y según asegura el estudio Los andaluces ante las drogas VI, elaborado a instancias de la Consejería de Asuntos Sociales, el 86,9% de los fumadores ha dado sus primeras caladas antes de cumplir los 20 años. Y lo que es peor, antes de los 16 años el 65% de los fumadores ya tiene la costumbre de tener un pitillo entre los labios. Casi la mitad comienza a consumir tabaco entre los 14 y los 16 años. De hecho, existe un mayor número de fumadores, en porcentaje, entre los menores de edad que entre los adultos. Entre los análisis del citado estudio para explicar el fenómeno de la precocidad a la hora de empezar a fumar se culpa bastante a la publicidad de las marcas de tabaco. Se ha llegado a encandilar a los más jóvenes con lapiceros de colores como regalo con la compra de un determinado número de cajetillas de cigarrillos, o se ha utilizado campañas de caracter supuestamente humanitario, como la celebérrima de Tabacalera con su marca Fortuna y la cesión del 0,7% del precio de la cajetilla a las ONG). Este tipo de publicidades selectivas por parte de los vendedores y distribuidores de tabaco también se ha centrado en las mujeres -el 63,8% de las mujeres andaluzas no ha fumado nunca- e incluso se han llegado a regalar lápices de labios junto a la marca de cigarillos favorita. Los que comienzan con el hábito de inhalar el humo del tabaco quemado no lo dejan tan fácilmente. Según otra de las estadísticas del Comisionado Andaluz para las Drogas, el 69,3% de los fumadores ni siquiera se ha planteado el hecho de dejarlo, a pesar de las cataratas de campañas oficiales y de los datos de enfermedades coronarias y pulmonares directamente relacionadas con el consumo habitual y continuado de tabaco. Otro de los datos que preocupa a las autoridades sanitarias andaluzas es el hecho de que el porcentaje de fumadores diarios ha abandonado la tendencia a la baja que mostró en 1996 (29,5%) y ha aumentado en 1998 (31%), aunque no ha llegado a los niveles alcanzados cuatro años atrás (33,7%). El estudio elaborado a instancias de la Consejería de Asuntos Sociales también presenta algunos datos de interés de naturaleza económica y social. Por ejemplo, los parados suponen, con el 47,1%, la mayoría de los fumadores diarios. Los empresarios están en el escalafón más bajo con el 33,5%. La clase media está enmarcada entre los más ricos y los más desfavorecidos, ambos más proclives al pitillo. La religión también ha sido analizada en su relación con el consumo de tabaco y los agnósticos son los más (49,3%) entre los fumadores diarios.

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