El inicio de las obras del tranvía, primer acto de la campaña en Bilbao
La colocación de la primera piedra del futuro tranvía se convirtió ayer en el primer acto electoral de la campaña en Bilbao. Prácticamente todos los concejales del Ayuntamiento, el presidente de las Juntas vizcaínas, Aitor Esteban; el viceconsejero de Obras Públicas del Gobierno vasco, Antonio Aiz, y altos cargos de sociedades públicas acudieron al evento, celebrado en la entrada del Palacio Euskalduna. Con el acto simbólico -debajo de la piedra se colocó una urna con los periódicos vascos del día, monedas de curso legal y un acta que certificaba el inicio de las obras- se empieza un proyecto que devolverá, 44 años después, el tranvía a la capital vizcaína. El plazo de ejecución de las obras es de 18 meses, por lo que, en principio, estaría en funcionamiento en enero del año 2001. El viceconsejero de Obras Públicas destacó que el tranvía supondrá una reorganización del transporte en Bilbao. "Es un medio cómodo, que no contamina y ahorra energía", dijo. La primera ciudad El alcalde de Bilbao, Josu Ortuondo, recordó la historia del tranvía en la capital, la primera ciudad española que contó con este medio de transporte utilizando electricidad en 1896. Se mantuvo hasta 1957, cuando los trolebuses acabaron por desplazarle. El tranvía bilbaíno unirá, en una primera fase, el barrio de Atxuri con San Mamés. Tendrá diez paradas, varias de ellas en la futura área de Abandoibarra, y salvará tres veces la ría del Nervión. Con un recorrido de 4,5 kilómetros -aunque ya se está estudiando la ampliación desde San Mamés hasta el hospital de Basurto- ofrecerá frecuencias de entre 5 y 10 minutos. Los cálculos de los responsables prevén una atención a aproximadamente 12.000 viajeros en días laborables y a 35.000 cuando haya culminado la urbanización de Abandoibarra. El presupuesto, sin incluir el coste de las unidades, asciende a 3.400 millones, de los que 2.200 serán aportados por el departamento vasco de Transportes y Obras Públicas, 800 por la sociedad Bilbao Ría 2000, mientras que los 400 restantes procederán del Ayuntamiento de Bilbao. Las obras están dirigidas por Imebisa, empresa que depende de la consejería de Transportes y se encarga también de los trabajos del metro. La sociedad pública Eusko Trenbideak explotará el servicio. Las obras de infraestructura han sido adjudicadas a las empresas Tecsa, Balzola, Elecnor y Eldu. El objetivo es dar servicio a zonas de Bilbao que no están suficientemente atendidas ni por el metro ni por la nueva línea de cercanías.
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