Y de los adolescentes, ¿quién se ocupa?
El Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid negocian ampliar el horario de los bares de copas los fines de semana habiendo demostrado la incapacidad de hacer cumplir las normas que ellos mismos acuerdan y promulgan. Es alarmante, no obstante, que las partes que integran la negociación -propietarios de bares, vecinos afectados y las dos administraciones- sólo hayan tratado de ruidos y molestias y hayan ignorado, una vez más, la venta de alcohol a menores.La estadística del alcoholismo en nuestros adolescentes parece ser que no tiene ninguna importancia. Mientras estos acuerdos aseguran el negocio a los bares de Madrid, los padres permanecemos ciegos y mudos ante una Administración que discute sobre la mesa de negociación las reivindicaciones de los bares y las molestias de los vecinos, pero nadie ha levantado la voz a favor de nuestros adolescentes, que adquieren el alcohol en cualquier sitio y llenan los bares de las noches de Madrid iniciándose en una cultura de la diversión de consecuencias fácilmente predecibles.
Si en épocas de procesos electorales los electores no somos capaces de arrancar a nuestros políticos compromisos firmes y serios para luchar contra el inicio del consumo de alcohol, pórtico de otras drogas, cuando estén sentados en la poltrona con nuestros votos utilizarán la frase que han acuñado otros ayuntamientos: "La juventud se tiene que divertir". O el lema de los comerciantes: "Si yo no se lo vendo, otro se lo venderá". O bien: "Yo no soy policía de nadie, para eso están sus padres". Es triste contemplar cómo hacen el agosto algunos a costa de los abriles de nuestros adolescentes. Señores Ruiz-Gallardón y Álvarez del Manzano: dejen de cortar las cintas de las inauguraciones y poner primeras piedras del futuro y cierren una noche madrileña abriendo bien los ojos al presente. Eso sí, vayan de incógnito.- .
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