Desarrollo "versus" salvajismo
Es el tercer municipio más grande de España, con 60.000 hectáreas de superficie divididas en 34 barriadas y, probablemente, con la línea de costa más virgen de toda la península. La grandeza y limitación de la Villa de Níjar radica en estar ubicada dentro del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, desde que lo decidió la Junta hace 11 años, y declarado también Reserva de la Biosfera en 1997 por la Unesco. El histórico aislamiento de Almería como provincia apartada y carente de redes de comunicaciones con el resto de España evitó un masificado Benidorm en lo que hoy es una joya natural. Sin embargo, el progreso económico contemplado en el otro extremo oeste de la provincia, con la potente agricultura intensiva liderada por El Ejido, ha hecho plantearse al municipio su presente y futuro más inmediato. El 90% de sus habitantes (15.500 empadronados) vive de la agricultura desarrollada en su casi totalidad a través del cultivo intensivo bajo plástico. No existe el paro -se importa mano de obra de otros municipios o países- pero la falta de agua amenaza la continuidad de los invernaderos. "Los acuíferos están sobrexplotados y hay un déficit permanente. Hay más extracciones que recarga. En el 70% de los barrios no se puede beber, aunque sea sanitariamente potable por el hipoclorito que le añadimos", explica el alcalde, el socialista Joaquín García. La figura del primer edil ha sido determinante también para el municipio, que desde 1979 ha confiado sus designios políticos en la misma persona. A excepción de la primera legislatura democrática, García ha gobernado siempre con mayoría absoluta que, según sus expectativas, espera repetir el próximo 13 de junio. Él mismo reconoce cuestiones de "carácter" para haberse mantenido durante 20 años en el sillón y confiesa su secreto: "He sabido ponerme en el pellejo de quienes viven en el lugar y se ven afectados por la declaración de la Junta". García se muestra convencido de las bondades del Parque. No titubea en condenar a los "especuladores" que compraron, "a sabiendas", terrenos dentro del Parque Natural. "Esos jamás tendrán derecho a cultivar. Pero mi posición es que a los hombres y mujeres que han estado toda la vida en Cabo de Gata, se les den compensaciones. Bien modificando el grado de protección de sus tierras, bien por permuta de terrenos o bien por expropiación", resuelve. El último episodio en materia ecológica acabado en enfrentamiento directo con las posiciones del Gobierno central lo ha constituido la negativa del Ministerio de Medio Ambiente a autorizar un refugio pesquero en la Isleta del Moro, ya presupuestado por la Junta. "Hay hombres y mujeres que sufren constantemente los azotes del mar y no se puede alegar razones medioambientales para poner en peligro sus vidas", argumenta Joaquín García. El alcalde más afamado de Almería por "no tener" pelos en la lengua -afirma rotundo que en Diputación, en manos del PP, "son muy vengativos" con los Ayuntamientos socialistas- asegura que en el municipio donde gobierna no está preparado para recibir la afluencia tan masiva de visitantes en el verano. Como dato significativo, apunta la avalancha de bañistas de un fin de semana de agosto, que incrementa de 30.000 personas a 50.000 la afluencia al lugar en una sóla jornada. "Pero el problema es tener falta de todo, empezando por el agua", apostilla. La creación de la planta desaladora de Carboneras, municipio contiguo, mantiene las esperanzas de subsistencia del lugar.
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