TODOS SOMOS IGUALES ANTE IBERIA
El caos de los aeropuertos es como el Juicio Final: ante su supremo designio, todos los hombres son iguales, porque no distingue entre humildes y poderosos, ni entre laicos o siervos de Dios. El destino fatal de los vuelos cancelados y de las demoras interminables unió ayer en su infortunio a decenas de pasajeros anónimos que viajaban desde Barajas hasta Santiago de Compostela con el ministro de Agricultura, Jesús Posada; el presidente de la comunidad autónoma de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y hasta el presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Antonio María Rouco Varela. La principal víctima fue el presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, anfitrión de los tres por diversos motivos y cuyo amor a la puntualidad es tan célebre como sus arrebatos dialécticos. Ruiz-Gallardón viajaba a Santiago para presidir los actos del Día de Madrid en el Xacobeo. A las diez de la mañana tenía previsto visitar una exposición de cuadros impresionistas de la colección Thyssen en el Centro Galego de Arte Contemporáneo, pero Barajas no se lo permitió. Su vuelo de Spanair que salía a las 8,50 fue cancelado y tuvo que cambiar su billete para otro avión de Iberia que partió con una hora de retraso. En el mismo aparato viajó el ministro de Agricultura, a quien la demora le impidió llegar a tiempo de asistir a la inauguración de una feria agrícola en Silleda (Pontevedra). Ruiz-Gallardón terminó la mañana distrayendo la espera de Fraga, ya que Rouco Varela, a quien el presidente de la Xunta iba a recibir a las 13,30, se presentó con hora y media de retraso.- ,
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