De carreteras y mantas
Paduana surgió en plena crisis económica del año 1919, una de las peores que se recuerdan en Ontinyent. Fundada por José Simó -un licenciado en filosofía y letras-, quien se inspiró para bautizar la textil en la iglesia de San Antonio de Padua, su actividad principal era la fabricación de mantas. Esta compañía de carácter familiar, que ha superado con éxito la tercera generación, ha sido precoz en muchos campos. Fue pionera en la introducción de las fibras acrílicas y los acabados especiales de terciopelo y pelo tundido en la fabricación de mantas a principios de los años 70, y también vanguardia en el proceso de internacionalización. En 1953 contaba ya con una filial en Marruecos -Euráfrica Textil-, con la mayor producción de mantas del norte de África. En los inicios fueron las mantas y las lonetas. Hoy las mantas y ropa de cama y los tejidos para tapicerías y decoración se repartan al 50% la producción de la compañía, que en el año 1998 facturó 3.000 millones de pesetas. "Diversificar no es sólo bueno sino imprescindible", declara el presidente y director general de Paduana, Ricardo Cardona. Hoy, la compañía se ha convertido en grupo. Los resultados consolidados de la sociedad principal y de sus filiales ronda los 4.000 millones, de los que aproximadamente la mitad provienen de la exportación. Paduana tiene filiales en Francia -Interfran-, un centro de producción en Chipre y otras empresas subsidiarias, la mayoría comercializadoras. 200 personas trabajan en este grupo textil, que este año cumple su 80º aniversario. Desde comienzos de siglo los industriales de Ontinyent se liaron la manta a la cabeza y se lanzaron a vender por medio mundo. Durante la década de los 70, en la que el textil gozaba todavía de excelente salud, entre las 25 primeras textiles de España en cifras de exportación, habían cinco con sede en Ontinyent. Paduana siempre miró al exterior y aún hoy destina más del 50% de sus ventas a la exportación. En ropa de cama, Paduana está volcada a Europa, Oriente Medio, Lejano Oriente y Suramérica; y en cuanto a los tejidos, Europa es el mercado más importante. Otra crisis, la del sudeste asiático, ha supuesto un mazazo para las exportaciones textiles. "Era una zona decisiva para la exportación de textiles a Rusia. Un puente con países como Corea, Japón, la India o Pakistán", expone el presidente de la textil. No ha habido aventura americana para Paduana. "En EE UU los mercados son tan transparentes que basta con que cualquier fabricante baje unos dólares el precio de sus productos para que te hundan los pedidos", dice Cardona, quien confiesa el "profundo respeto" que le produce el mercado norteamericano. La crisis de los años 80 debilitó toda la estructura productiva del textil y obligó a algunas industrias a producir en terceros países, donde los costes de producción eran menores a los españoles. Paduana, que en otros tiempos apostara por esta fórmula, continuó en Ontinyent. "Esas épocas han pasado. La deslocalización nunca nos ha preocupado. En una etapa de deslocalización deben irse los que tengan un gran componente de mano de obra, que no es el caso de Paduana. La compañía barajó durante un tiempo proyectos de colaboración en EE UU y México pero los contactos acabaron en nada. Paduana es una pyme sin demsiados complejos frente a fenómenos como la globalización, la internacionalización o la innovación tecnológica. "A corto plazo no me preocupa el tamaño en exceso. La globalización conduce a las fusiones, pero para que Paduana varíe de estrategia [y deje de ser familiar] debería cambiar primero su actual entorno", reflexiona Cardona. El empresario recuerda una pasada experiencia fallida. "En los años 70 estuvimos a punto de crear una empresa mixta con el rey americano de la la alfombra, instalado en Georgia [EE UU]. Quería [el fabricante americano] montar una joint venture en Inglaterra y otra en España. La experiencia, en la que nosotros no participamos, resultó desastrosa. El socio americano acabó expulsado a los accionistas británicos. Por eso, hay que pensar mucho antes de asociarse con alguien", insiste el industrial valenciano. Según Cardona, el presupuesto de cualquier empresa textil en Investigación y Desarrollo (I+D) es alto y digno de tenerse en cuenta. Paduana, cuya sede social de estilo modernista domina la plaza de la Concepción de Ontinyent, prevé invertir este año alrededor de 200 millones de pesetas en la ampliación de edificios y construcción de nuevas instalaciones. Cardona, reelegido el pasado enero presidente de la Comisión Europea de Fabricantes de Mantas, reconoce que el textil no ha tenido un buen tratamiento en Bruselas. "Había un total desconocimiento. No había reciprocidad entre el peso del textil europeo y el tratamiento político recibido", advierte. "Nuestro mayor problema", agrega el presidente de Paduana, "es que el textil no tiene el reconocimiento que se merece, pues representa un 10% del sector industrial y el 6% o 7% del empleo.
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