Un exposición muestra el alma de los paisajes de Beruete

Desde hace más de veinte años no se exponía en España una selección tan numerosa y destacada de las obras del paisajista español más importante de la segunda mitad del siglo XIX, Aureliano de Beruete (Madrid, 1845-1912), como la que se muestra en el centro de cultura Castillo de Maya (calle Castillo de Maya, 39), de Pamplona. Medio centenar de sus principales cuadros pintados al óleo y varios dibujos forman la exposición del artista madrileño, a cuya memoria dedicó Azorín en 1912 su libro Castilla. Azorín dijo entonces que Berueta era un "pintor maravilloso". Fernando Francés, comisario de la muestra, recordó la unanimidad general de la crítica al considerar a Aureliano de Beruete como un artista capaz de reflejar "el alma del paisaje", como nadie lo había hecho después de Diego Velázquez y Francisco de Goya. La exposición antológica de Beruete en Pamplona ha sido organizada por Caja de Ahorros de Navarra. Aureliano de Beruete nació en el seno de una familia acaudalada y adquirió en su juventud una vasta cultura. Abogado, político, admirador temprano de la figura de Diego Velázquez, Beruete es el máximo exponente de la renovación pictórica española iniciada desde la propia tradición del país. Berueta estudió a fondo la pintura de Velázquez hasta llegar a conocer casi todos sus secretos. El resultado de sus investigaciones quedó recogido en un destacado libro sobre la figura del pintor sevillano. Influencia impresionista Bajo la inicial enseñanza de Carlos de Haes y Martín Rico, y con la influencia parisina de los inicios del Impresionismo, Beruete fue sustituyendo el efecto escenográfico por la rapidez de la sensación, convirtió el dibujo en ligera indicación e hizo ceder a la iluminación ante el color. Con la madurez, Beruete creó un peculiar impresionismo español captado del natural en Madrid y sus arrabales, en los campos y pueblos castellanos y en las costas de toda España. La magia de su luz, el lirismo de sus cuadros y la subordinación de lo humano a la severidad del espacio y la naturaleza son exponentes claros que se pueden ver en las paredes de la galería navarra hasta el próximo 27 de junio.