Academia censora
Ya ni nos acordábamos que hay una Acadèmia Valenciana de la Llengua en ciernes. Pero ahí está, a la espera de que los partidos concierten sus trapicheos para dotarla de académicos. Ahora resulta que aún antes de cumplir este trámite, el PP propone adscribirle la función de censura previa para los textos escolares. Chocante labor ésta, la de nuestra lumbreras lingüísticas, dirimiendo si la preposición "ab" es equivalente a "amb" o es reo de galeras quien escribía "aleshores". A la postre, alguna tarea menor habrá que darles a los ilustres para que se ganen el jornal. ¿Pero ha de ser necesariamente ésta? ¿Y por qué ha de censurarse nada? Que pulan y abrillanten el idioma, además de conservarlo, que es lo suyo, y dejen para otros subalternos -hay gente con estómago para todo- las tristes artes cisorias. Otra cosa es que se postule una manera sutil de desacreditar esta entidad neonata que se concibió sujeta a no pocas prevenciones. Sólo nos faltaba ver a los académicos armados con lápiz rojo.
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