_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Air-Fabra

Miguel Ángel Villena

MIGUEL ÁNGEL VILLENA Contemplado desde el caos aéreo que reina todos los días en Barajas, el proyecto de un aeropuerto para Castellón suena a una broma pesada si no fuera porque resulta un esperpento digno de un cacique. Porque, si lo que pretende Carlos Fabra es pasar a la Historia, podría dedicarse el presidente de la Diputación de Castellón a rehabilitar una de las provincias más bellas, pero también más destrozadas urbanísticamente de toda España. Basta dar un paseo por la capital de La Plana o viajar por cualquier comarca castellonense para comprobar las huellas de varias generaciones de Fabras sobre un territorio esquilmado que ha visto levantar incontables monumentos a la especulación más hortera y voraz. Pero los delirios de grandeza faraónica de los jerarcas del PP desconocen límites y recuerdan aquellos episodios tan patéticos de los nuevos ricos de la Amazonia que erigieron un teatro de la ópera en Manaos que pronto devoró la selva. Es una lástima que la megalomanía de Carlos Fabra no haya encontrado todavía un Werner Herzog que filme sus despropósitos, como en Fitzcarraldo, o un Eduardo Galeano que narre sus caprichos, como en Las venas abiertas de América Latina. Pero los planes de Carlos Fabra ya rozan el sobresaliente cum laude cuando pretende emplazar su aeropuerto en terrenos de un familiar del vicepresidente de la Diputación, Francisco Martínez. Parece que los responsables del Ministerio de Fomento han desaconsejado el proyecto. Ahora bien, la simple duda sobre su viabilidad ya ofende. Con un aeropuerto internacional como Manises a menos de una hora de Castellón y un aeródromo en Reus, donde el Gobierno piensa invertir 27.000 millones de pesetas, las intenciones de Fabra recuerdan el provincianismo más ramplón y demagógico. Aficionado a organizar vistosos actos sociales en Madrid para promocionar Castellón, sólo nos resta recomendarle a Fabra que haga publicidad de sus líneas aéreas durante los diarios colapsos en Barajas. ¡Ya verá como acogen la propuesta los usuarios de los aeropuertos!

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_