"Madrid te acoge siempre sin mirar quién eres"
Junto a Paco Ortega, la sevillana afincada en Madrid Isabel Montero formó uno de los dúos más innovadores del panorama musical español de los ochenta. Canciones que recogían la tradición andaluza con la impronta del pop. Un anticipo de lo que luego fue, por un lado, los nuevos cantautores y, por otro, el nuevo flamenco. Pero Isabel Montero decidió un día montárselo por su cuenta y el dúo se disolvió en pleno éxito. De Isabel se supo poco, publicó un disco, Fragilidad, de escasa repercusión, y volvió a cantar por los bares de Madrid intentando olvidar los dejes sureños. Ortega, sin embargo, se hizo productor y cazatalentos, y ahí están éxitos como el de Niña Pastori. A sus 39 años, Isabel Montero no se rinde y reaparece con Espacios perdidos, un segundo disco en el que su antiguo compañero ejerce de coproductor. Canciones que registran sus emociones, que hablan de vida, amor y soledad y que hoy presenta en Caracol con el periodista Paco Lobatón como maestro de ceremonias.Pregunta. ¿Con Espacios perdidos se dejará ya de hablar de Isabel Montero como la que iba con Paco Ortega?
Respuesta. Me gustaría, pero es inevitable la referencia. Lo que quiero es afianzar mi trabajo y que la gente conozca lo que hago, independientemente de con quién haya colaborado.
P. Ya, pero su nuevo disco esta producido por Ortega...
R. Sí, pero Paco ha trabajado en función mía. Más que cuando éramos dúo, que era un proyecto común en el que discutíamos por tener ideas diferentes. Paco ha respetado mis intenciones, él me conoce.
P. Si ahora congenian, cabe preguntarse que por qué la separación.
R. No tiene nada que ver una cosa con otra. El camino que emprendí en solitario no tenía cabida dentro del dúo. Se nos exigía determinado sello aflamencado que a mí ya no me apetecía.
P. ¿Qué sensación le queda de haber cantado por los garitos de Madrid?
R. Positiva, porque fue la etapa de la simplificación, de la renuncia. Al no tener el montaje de los grandes recintos, se aprende a tocar con el menor número de elementos posibles, y eso está bien por que te hace recuperar la esencia. También me queda la sensación de que en Madrid hay pocos garitos para actuar, y debería haber muchísimos más.
P. ¿Le ha tomado más cariño a Madrid desde sus bares?
R. Vine con 15 años por razones familiares, pero igualmente hubiera venido por razones artísticas, pues, salvo excepciones, es difícil proyectarse desde otro lado. De siempre me ha encantado Madrid, por su cosmopolitismo y porque te acoge sin mirar quién eres. Soy muy poco nacionalista, pero me considero muy de Madrid. En Madrid está todo, lo bueno y lo malo
Isabel Montero actúa hoy en Caracol (Bernardino Obregón, 18. Metro Embajadores), 22.00 horas.
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