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Entrevista:JOAN CIVATCANDIDATO DE CIU EN ESTERRI D"ÀNEU

Un alcalde que debutó con el franquismo en 1962

Joan Civat dirige la alcaldía de Esterri d"Àneu (Pallars Sobirà) desde hace 37 años. El suyo es un caso curioso. Durante el franquismo fue nombrado alcalde a dedo y las pasadas municipales las ganó por sorteo ante un juez tras haber empatado las dos candidaturas que se presentaban. Civat forma parte de esa raza de ediles vitalicios a los que la democracia les ha dado el don de la eternidad. Actualmente está jubilado, pero espera el próximo 13 de junio con la ilusión del debutante en política. Civat, de 70 años, es uno de los alcaldes más veteranos de la provincia. "Sólo me supera en un año Modest Jou, de Vilanova de l"Aguda", aclara. En Esterri d"Àneu, un pequeño pueblo de montaña de 650 habitantes, es fácil encontrárselo a cualquier hora. Ahora tiene todo el tiempo del mundo para dedicarlo a los asuntos municipales. "Es la ventaja de ser alcalde de un municipio pequeño", afirma tras hacer un rápido repaso a lo que ha sido su vida política. En 1962, a los 33 años, accedió a la alcaldía, y lo que en un principio pensaba que iba a ser una designación provisional ha durado casi cuatro décadas. "El anterior alcalde tuvo un problema serio con los vecinos y entonces la Jefatura Provincial del Movimiento nos convocó en Lleida a cuatro o cinco jóvenes del pueblo. Después de unas entrevistas individuales, el gobernador civil me designó a mí", recuerda. En 1979, cuando las primeras elecciones democráticas, se presentó como independiente y ganó. "Como nadie quería ser alcalde, los vecinos me pidieron que me presentara", explica. En 1983 lo hizo ya con CiU y salió alcalde por amplia mayoría, lo mismo que en las dos siguientes legislaturas, en las que no tuvo rival. Pero hace cuatro años su lista obtuvo 192 votos, los mismos que la encabezada por el socialista David Tarrado. El empate se resolvió en un sorteo celebrado en el Juzgado de Tremp. "Ser alcalde por sorteo es como cuando a uno le toca la lotería. Reconozco que no era la mejor solución, pero no había otra", señala Civat, que en los últimos tres años ha gobernado cómodamente al dimitir los tres ediles de la oposición en protesta por el afán de personalismo del alcalde. El 13 de junio Civat volverá a medirse con Tarrado, que esta vez se presenta por Unitat Progresista del Pallars, plataforma de izquierdas que concurre en 14 de los 15 municipios de la comarca. No piensa esforzarse demasiado durante la campaña electoral -"la gente ya me conoce y sabe cómo pienso"-, señala. Sin embargo, esta vez no está confiado como en otras ocasiones. "Puede pasar de todo, pero si pierdo no pasará nada. Iría a la oposición y me esforzaría en hacer mi trabajo lo mejor posible", declara. Tan largo periodo en la alcaldía también le ha servido para ganarse detractores. Sus rivales le tildan de cacique y autoritario, algo que él rechaza con el siguiente argumento: "En un pueblo de estas dimensiones no es fácil contentar a todo el mundo. Se ha de ser flexible, pero cuando no transiges en algo, te dicen que abusas de la autoridad. Si la gente me sigue votando es porque no lo estoy haciendo tan mal, ¿no?". Civat conoce mejor que nadie la evolución que ha experimentado la comarca en estos últimos 40 años: ha pasado de una economía de subsistencia, basada en la ganadería y en la industria hidroeléctrica, a depender casi exclusivamente de las actividades turísticas ligadas a la naturaleza. La irrupción del turismo ha configurado una nueva forma de vida y ha frenado la emigración de la juventud. Esterri, que en 1995 fue considerado uno de los dos pueblos con la renta per cápita más alta de España, es un ejemplo de la recuperación económica y demográfica de un municipio pirenaico. El proyecto de ampliación de la estación invernal de Baqueira-Beret ha abierto nuevas expectativas, sobre todo en el sector de la construcción. Las segundas residencias se han multiplicado en los últimos años y actualmente tiene suelo disponible para edificar 1.000 viviendas sin necesidad de modificar la normativa urbanística. La población ha sido en los últimos tres veranos un punto de referencia para los amantes del rock. Las tres ediciones del Doctor Music Festival, que se han celebrado en los prados de Escalarre, supusieron importantes ingresos para el comercio y el sector hostelero.

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