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Soler reivindica "las historias íntimas que el torrente de la guerra arrastró"

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Emotivo y sereno ante los numerosos micrófonos que certifican su condición de escritor de moda, Antonio Soler (Málaga, 1956) reivindicaba ayer en casa durante la presentación de su novela El nombre que ahora digo (Premio Primavera 1999), las pequeñas historias de amor y amistad que "el torrente de la guerra incivil arrastró como briznas de hierba". "¿Si te modifica pasar de vender 15.000 ejemplares a 150.000? Uno de los días más importantes de mi vida fue cuando, aún en casa de mi madre, escribía La noche [su primer relato]; de pronto supe cuál era mi lugar: ser escritor. Este premio es estupendo, pero no va a alterar la esencia de mi persona", aseguraba un Soler a quien "una mala crítica frente a 99 buenas" no le quita el sueño.

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