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Hallado muerto un empresario de Getafe en su coche con la cabeza destrozada a golpes

Andrés Peñasco Rodríguez, de 53 años, dueño de una empresa de distribución de cervezas ubicada en Humanes y vecino de Getafe, fue hallado ayer muerto dentro de su furgoneta en la calle de Cuart de Poblet de Carabanchel. Tenía el cráneo machacado y el cuerpo repleto de golpes, según la policía. La víctima apareció con la ropa interior del revés y la cabeza tapada con una camiseta. No llevaba ni la cartera ni el dinero que supuestamente cobró a varios morosos durante la tarde del domingo. Los agentes creen que los homicidas, al menos dos, le mataron para robarle.

El empresario salió el domingo por la mañana de su casa de Getafe hacia el almacén de Humanes, situado en el polígono industrial La Fraila, desde donde repartía la mercancía de la firma Cruzcampo. Sus empleados y sus parientes creen que iba a cobrar a varios de sus clientes morosos como solía hacer los fines de semana.Andrés llamó a las dos de la tarde a su casa. Comentó a su esposa que se hallaba en el almacén y que iba a salir a una cita. No llegó a precisar nada más. Un trabajador del polígono de Humanes vio cómo salía del almacén. Es la última pista que la policía tiene sobre los movimientos de Andrés. Nadie sabe dónde se dirigió el domingo por la tarde.

Su coche apareció aparcado el domingo por la noche frente al número 17 de la calle de Cuart de Poblet de Carabanchel, muy cerca de la pradera de San Isidro, según explicaron ayer los vecinos de la calle.

A nadie le extrañó la presencia de la furgoneta de la empresa Peñasco hasta que ayer, a las siete de la mañana, un vecino trató de sacar su coche para ir a trabajar. No pudo hacerlo, ya que le cerraba el paso el vehículo de reparto de bebidas de la empresa Peñasco.

El vecino de la calle de Cuart de Poblet trató de abrir la furgoneta para moverla, pero las puertas estaban cerradas. Luego llamó a la Policía Municipal para que retirase el vehículo.

Una pareja de agentes llegó a la calle a las ocho de la mañana. Uno de los policías observó que salía un reguero de sangre de la parte trasera de la furgoneta. Miró a través de la ventanilla y descubrió un cuerpo tendido junto a unos palés de madera. Los agentes se proveyeron de una barra de hierro y consiguieron abrir la puerta de la furgoneta. Dentro estaba, muerto, el empresario Andrés Peñasco Rodríguez. Tenía la cabeza cubierta con una camiseta y los calzoncillos del revés, según la primera inspección de la policía. Los investigadores sospechan que al menos dos personas intervinieron en el crimen del industrial getafense.

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En el interior de la furgoneta la policía halló una llave inglesa, que podría ser el arma utilizada por los homicidas. Los agentes del grupo de policía científica recogieron numerosos objetos dentro del vehículo y llevaron a cabo el trabajo de toma de huellas. También buscaron, sin éxito, algunas facturas del negocio del empresario o pistas que pudieran facilitarles la reconstrucción de los últimos pasos del empresario.

La familia de Andrés empezó a echarle en falta el domingo por la noche. Uno de sus dos hijos, José, acudió al almacén en su búsqueda. Allí permaneció hasta las dos de la madrugada. Estuvo llamando a los empleados de su padre y a su antiguo socio. Ayer por la mañana, su mujer, María, denunció la desaparición de su esposo en la comisaría de Getafe.

Un hombre confiado

Los amigos y empleados de Andrés mantienen que los autores del crimen fueron a robarle de forma intencionada. "Era una persona que siempre llevaba mucho dinero en los bolsillos y era muy confiado. Todos sabían eso en el polígono y seguro que han ido a por él para matarle", comentó un empresario amigo de Andrés.Sus dos hijos explicaron a la policía que solía tener entre 50.000 o 100.000 pesetas en los bolsillos, aunque los días de cobro podría llegar a triplicar esas cantidades. El empresario suministraba cerveza a muchos bares y locales de copas de la zona sur de Madrid. A veces tenía problema de cobro con algunos clientes y los fines de semana se dedicaba a cobrar a los establecimientos más morosos. A veces, incluso le acompañaba su propia esposa.

La policía revisó ayer las facturas de la oficina de Distribuciones Peñasco en Humanes en busca de alguna pista que permita saber el último lugar que visitó el empresario el domingo por la tarde. Su ex socio comentó ayer que nunca repartía por Madrid: "Siempre lo hacía por Móstoles, Fuenlabrada y Alcorcón". "No tenía enemigos y nunca tuvo enfrentamientos con sus clientes", apuntó uno de sus seis empleados.

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