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ELECCIONES 13-J Municipales

Toledo, espejo de la discordia política:

La capital castellano-manchega es centro del enfrentamiento entre el PP, que la gobierna en la actualidad, y el PSOE, que rige la comunidad autónoma.

,Si por algo se ha caracterizado el día a día de Toledo, gobernado por el PP, en los últimos cuatro años ha sido por un enfrentamiento político que ha trascendido de lo estrictamente municipal. El ser la capital de Castilla-La Mancha hace que en esta ciudad cualquier asunto se convierta en motivo de polémica, debate y pugna con la Junta de Comunidades, presidida por el socialista José Bono.Desde el consistorio se acusa al Ejecutivo regional de bloquear de forma intencionada todo lo que pueda beneficiar a Toledo para evitar que cuente en el haber del PP. Desde la Junta, por contra, se responde asegurando que son los responsables municipales los que utilizan el Ayuntamiento para, cueste lo que cueste, tratar de hacer daño a la figura de Bono, de erosionar a quien mantiene la mayoría absoluta desde hace 16 años.

No se puede pasar por alto que los aspirantes populares a la Junta han sido precisamente alcaldes de Toledo. Antes, José Manuel Molina, que el 13-J vuelve a optar a la alcaldía. Ahora, Agustín Conde. Por ello el consejero portavoz del Gobierno autonómico, Emiliano García Page, denuncia que el PP utiliza la capital castellano-manchega como "probeta de experimentación con sus candidatos", que ven en ella "un trampolín que hasta ahora se ha convertido en un tobogán". La resonancia de Toledo en el ámbito regional también motiva, en opinión de los populares, que Bono se lleve mal con sus regidores porque, "cualquiera que se asome puede hacerle sombra".

En cualquier caso, ante las nuevas elecciones, llega la hora del balance. El PP alcanzó por primera vez hace cuatro años la mayoría absoluta en Toledo después de la alternancia que había mantenido con el PSOE en los últimos 20. Con esa base, su primer objetivo fue solventar los graves problemas que presentaban las arcas municipales.

El portavoz popular, Leandro Esteban, recuerda que entonces el Ayuntamiento, con un presupuesto en torno a los 6.000 millones de pesetas, tenía pendientes de pago "más de 3.000" y ahora, en cambio, paga, como casi todo, "a 60 días". Para ello, entre otras medidas, el PP recurrió, como otras corporaciones, a la privatización del servicio del suministro de agua, lo que supuso unos ingresos de algo más de 2.000 millones.

Una política de privatizaciones que ha sido duramente criticada desde la oposición. El PSOE, Nueva Izquierda e IU han venido denunciando incrementos en los recibos que podrían llegar a ser hasta del 90%. Un "afán recaudatorio" que el portavoz del grupo municipal socialista, Antonio Guijarro, explica igualmente con la implantación de la ORA en el casco histórico: "

[Los populares] benefician a empresas privadas para conseguir dinero fácil".

El problema de la vivienda

La palabra más repetida, por unos y otros, cuando se habla del casco histórico de esta ciudad monumental, patrimonio de la humanidad, es la "revitalización". Una tarea complicada, a juzgar por lo difícil que resulta evitar que los vecinos "abandonen" y busquen un barrio más cómodo y con mejores equipamientos para vivir.Aun así, Esteban muestra con orgullo el Programa de Renovación del Casco Histórico que el PP ha puesto en marcha y que, entre otras actuaciones, contempla la construcción de un remonte mecánico desde extramuros al corazón de la urbe -se encuentra en obras- o el acondicionamiento del edificio de San Marcos como centro cultural. Un plan de renovación que incluye también la construcción de aparcamientos e instalaciones deportivas y el arreglo de calles y que está siendo posible gracias a una inyección económica de algo más de 6.500 millones procedentes del Banco Europeo de Inversiones.

Pero en lo que todos coinciden, tanto los que gobiernan como su oposición, es en que la asignatura pendiente sigue siendo la rehabilitación y la construcción de viviendas. Claro que el acuerdo se da en el hecho, no en el porqué. Así, los socialistas insisten en que éste ha sido "el gran incumplimiento del programa electoral de los populares: iban a construir mil viviendas y el saldo es cero".

Sin embargo, la rehabilitación es algo que el PP condiciona a que la Junta otorgue la licencia para la construcción de un hipermercado por el que se recibirían de la empresa adjudicataria 1.100 millones. Un dinero, asegura, que se destinaría a aquel fin. La licencia sigue en el aire porque, según la Junta, no se cumplen los requisitos y, según el Ayuntamiento, por "una zancadilla más" de Bono. Mientras tanto, Toledo sigue siendo una de las pocas ciudades españolas que no cuenta con un centro comercial de este tipo.

Mención aparte merece el campus universitario, en las antiguas instalaciones de la Fábrica de Armas. Después de largas negociaciones, se firmó el acuerdo entre el Ayuntamiento y el Ministerio de Defensa, previo pago de 3.500 millones, y este curso ha empezado a ser una realidad aunque todavía queda por hacer en él. Cuando se habla de Toledo como ciudad parece que todo gira en torno a su casco histórico, pero sólo 11.000 de sus más de 66.000 habitantes residen en él. Y la relación de las numerosas asociaciones de vecinos con los responsables municipales no se puede calificar precisamente de fluida. Es más, en este tiempo se ha caracterizado por un enfriamiento paulatino de la implicación de estas agrupaciones en el funcionamiento del consistorio. Todo ello, a pesar de que Toledo cuenta con un reglamento que permitiría la participación vecinal y la posibilidad de recibir información directa en grado muy superior a la de otros municipios. Pero, poco a poco, ha ido a menos y la puesta en marcha de las distintas juntas de distrito se ha quedado en algo testimonial.

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