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DIMISIÓN DE JOSÉ BORRELL

La cúpula del PSOE ordena al partido que no abra el debate sobre el nuevo candidato.

La ejecutiva pide a las federaciones que se dediquen en exclusiva a ganar las elecciones del 13-J

Anabel Díez

La primera tarea que la cúpula del PSOE se impuso nada más conocer la decisión de José Borrell de renunciar como candidato a la presidencia del Gobierno fue cerciorarse de que las federaciones territoriales estaban tranquilas. Una ronda telefónica aseguró que nadie iba a pedir congreso extraordinario o repetición de elecciones primarias. Después, se remitió una circular del comité electoral a todas las organizaciones regionales y provinciales para que huyeran de cualquier especulación sobre la sucesión y cumplieran con su obligación de intentar a toda costa ganar en sus pueblos y ciudades el 13-J.

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El primer temor de la ejecutiva federal del PSOE, tras los intentos vanos de convencer a José Borrell para que no renunciara a representar a los socialistas en las próximas elecciones generales, fue el de que se pudiera abrir en el partido el debate de la sucesión y se perdieran energías, tiempo y mensajes en detrimento de la campaña electoral para los comicios municipales, autonómicos y europeos del 13 de junio.Lo primero era abrir una ronda de urgencia por toda la organización para comprobar el estado de ánimo de las federaciones y si había alguna iniciativa inoportuna, según fuentes de la ejecutiva, pararla de inmediato. No fue necesario. El responsable de Organización del PSOE, Ciprià Ciscar, apreció de inmediato que la consternación que había producido la decisión de Borrell no llevaba aparejada pedir la celebración de un congreso extraordinario, ni repetición de primarias. La ronda telefónica se realizó antes de que el todavía candidato comunicara su decisión, el viernes a las 13.30, a los medios de comunicación. Inmediatamente después de que Borrell compareciera en público se puso en marcha el comité electoral para enviar un escrito formal a todas las ejecutivas regionales y provinciales y a sus respectivos comités electorales.

En él se vertían elogios hacia Borrell y a continuación se advertía de que no cabía en estos momentos abrir un debate interno para que el sucesor de Borrell fuese elegido de nuevo en unas elecciones primarias. El objetivo de cada uno de los posibles candidatos es ahora mismo el de ganar las elecciones en su pueblo, en su ciudad y en su comunidad, y no distraerse en especulaciones sobre quién debe luchar por la Presidencia del Gobierno.

Los miembros de la ejecutiva consultados aseguran que en principio no debe haber problema para que esto sea así, dado que todos los candidatos socialistas están concentrados en vencer en las urnas el 13-J. El único peligro está en que el debate se desate en las cúpulas, tanto en las regionales como en la federal, por lo que van a tratar a toda costa de cercenar cualquier posible discusión en estas fechas sobre el sucesor.

Bono, Díez y González

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Pero el asunto está sobre la mesa y va resultar inevitable que los dirigentes socialistas expresen entre sí sus preferencias, ya que "la avería" que ha provocado la renuncia de Borrell es de gran calibre. En el aparato federal se menciona con gran naturalidad el nombre del secretario general, Joaquín Almunia. Pero un día después de la dimisión de Borrell no hay otros nombres que no sean los del presidente de Castilla-La Mancha, José Bono; de la candidata europea, Rosa Díez, y, casi en un susurro, el del ex presidente del Gobierno Felipe González, que hoy estará en Toledo apoyando la candidatura para la presidencia de Castilla-La Mancha de José Bono.

Los miembros de la ejecutiva consultados aseguran que es muy posible que la decisión se tome con tranquilidad. La primera intención de que hubiera un candidato para el debate del estado de la nación, que se celebrará antes de que termine junio, ha dejado de ser un dogma. En primer lugar, porque sería dar por sentado de antemano que el sucesor debe ser diputado cuando quizá la persona que reúna el consenso de la organización no lo es. Por otro lado, la dirección del PSOE empezaba ayer a dudar que pudiera tener un candidato antes de que termine junio, ya que hay una decisión firme para que hasta después del 13 de junio no empiecen las reuniones de la ejecutiva y de los barones en busca del sustituto de Borrell. En esta situación, el contrincante de Aznar en el próximo debate de la nación sería el presidente del Grupo Parlamentario.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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