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Reportaje:

El Priorat conquista a medio mundo

Del vino en garrafa a los restaurantes selectos de Nueva York, Londres, París o Tokio. De las 60 pesetas el litro a las 5.000, 10.000 y hasta 30.000 la botella. Este es el fabuloso salto que en 10 años ha dado el vino del Priorat gracias a su calidad y a la inteligente utilización de las favorables críticas que ha hecho una joven generación de románticos vinateros que saben de la potencia que esconden las pedregosas y escarpadas laderas del Priorat histórico. Y este fenómeno va en ascenso: el 70% de la producción se exporta a medio mundo. La cosecha de 1988, todavía en las barricas de roble, está ya vendida. En los inicios del siglo XII fueron los ascéticos monjes cartujos quienes reintrodujeron la vid en el Priorat en su dominio de Scala Dei. En puertas del tercer milenio, han sido unos jóvenes vinateros, y su apuesta por el vino de calidad, los que, con su fermento, están reactivando una comarca que hace 10 años estaba entre las tres más deprimidas de Cataluña y que ahora, gracias a su vino, empieza a generar riqueza y a frenar la emigración. Cinco son las personas que iniciaron el trabajo en serio con los vinos del Priorat. Dos son descendientes de familias con rancia tradición bodeguera: René Barbier, tercero de una familia francesa implantada en Tarragona hace 100 años; y Álvaro Palacios, un riojano de 35 años, hijo de bodegueros y que hace 10 descubrió que el Priorat le ofrecía lo que precisaba para producir vino de calidad. Ambos tienen bodegas en Gratallops. Los otros son el enólogo Josep Lluís Pérez, asociado con el cantautor Lluís Llach en una excelente bodega de Porrera; Carles Pastrana, actual alcalde de Gratallops, y la norteamericana Dafne Glorian, que exporta los vinos que producen los otros a medio planeta. El antecedente de todos ellos fueron los históricos Muller y Peyra, que comenzaron la modernización de sus bodegas, ubicadas en Scala Dei, en los años setenta. "Estábamos enamorados de esta tierra. Queríamos realizar el sueño de crear un vino ideal, propio. El éxito posterior fue una sorpresa incluso para nosotros", afirma René Barbier, quien recuerda que la primera vez que, a finales de los setenta, expuso su proyecto de hacer un vino de calidad a las cooperativas de la zona, le tomaron por loco. "Claro que llevaba el pelo largo", ironiza. Locos o no, el profundo conocimiento del proceso de elaboración, el dominio de las redes de comercialización y la coincidencia con la búsqueda por parte del consumidor de vino de calidad, particular y diferenciado, han encumbrado estos vinos. "El mercado aceptaba ya vinos de alta expresión, caros, cuando me planteé su elaboración en España; busqué una zona con un geoclima apto y encontré estas condiciones en el Priorat", señala Álvaro Palacios. "Sus vinos son concentrados, ricos y ofrecen un gran potencial; además, es un área con una cultura vinatera muy profundo", precisa. Palacios avanzó un paso y creó L"Ermita: 20.000 pesetas la botella. La crítica del norteamericano Robert Parker, el gurú de la enología, que puntuó su vino L"Ermita con 95 puntos sobre 100, situó este vino en la élite, tanto que se subasta en la exclusivista Christie"s de Nueva York. La Denominación de Origen Priorat se distingue ahora ya no sólo por su calidad, sino por sus precios y la crítica nacional se ve obligada a reconocerla. Es el fenómeno Priorat, ahora en marcha. Las 23 bodegas del Priorat han abandonado el granel y se disponen a embotellar. August Vicent, agricultor y propietario del Celler Cecilio de Gratallops, ha sido de los últimos en sumarse a la nueva ola. El próximo año triplicará su producción embotellada, que el año pasado alcanzó las 6.000 botellas y que tiene todas vendidas en Estados Unidos. Este beneficioso influjo del Priorat histórico -celoso de los límites de su territorio y de su vino- se empieza a extender al resto de la zona. Es el caso de la Cooperativa de Capçanes, que no pertenece a la Denominación Priorat, pero que produce excelentes vinos y que también ha empezado a despegar de unos años a esta parte. Francesc Blanch, su presidente, explica que la cooperativa vende sus exclusivos vinos en las cadenas británicas Harrod"s y Majestic, que en 1996 sólo embotellaba 125.000 litros, que la cosecha del pasado año, casi toda vendida fuera de España, llenará 700.000 botellas y que su objetivo es seguir creciendo y repartiendo riqueza entre sus 85 socios.

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