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La inflación se acelera hasta el 2,4% en abril, la tasa más alta desde hace dos años

La inflación se le escapa de las manos al Gobierno. Los precios han subido en abril un 2,4% en relación al mismo mes del año anterior, la tasa más alta desde febrero de 1997. Respecto a marzo, la subida es de un 0,4%, y en los cuatro primeros meses del año se acumula un alza del 1,2%, con sólo seis décimas de margen para cumplir el objetivo oficial del 1,8% a final de año. La causa de la aceleración de los precios está en los carburantes y combustibles (3,8% de subida mensual), la patata (8%) y el aceite (3,6%). Aunque el efecto del plan de choque contra la inflación no se ha recogido en el IPC de abril, el Gobierno ha decidido apoyar estas medidas con un recorte en el objetivo de déficit público para este año (1,6% del PIB).

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Por segundo mes consecutivo, el índice de precios al consumo (IPC) ha rebasado el límite del 2% fijado por el Banco Central Europeo (BCE) para la zona euro. Desde la implantación de la moneda única en enero pasado, España ha superado este techo en marzo pasado (2,2%) y ahora otra vez en abril (2,4%), todo ello en relación al mismo mes del año anterior.

Aún no se han acusado los efectos del último plan de choque contra la inflación, aprobado por el Gobierno el viernes 16 de abril pasado, porque el Instituto Nacional de Industria (INE) recoge los datos hasta el día 21 o 22 de cada mes. Mientras el Ministerio de Economía ha cifrado en tres décimas el efecto de estas medidas sobre los precios a lo largo del año, otros expertos —BBV, Argentaria o la Cámara de Comercio de Barcelona— lo han reducido a una décima.

Los efectos de las medidas están por ver, pero la realidad ahora es que la inflación no está bajo control. Así lo demuestran los datos hechos públicos ayer por el INE, que reflejan una subida del 0,4%, en abril respecto a marzo, cuando el pasado año el alza fue la mitad (0,2%). En los cuatro primeros meses del año se acumula un 1,2%, cuando en el mismo periodo del año anterior había un 0,3%.

La gasolina y el aceite

El balance de los últimos 12 meses es que los precios han subido un 2,4% lo que supone un retroceso de algo más de dos años en la lucha contra la inflación. El IPC de abril es el más elevado desde febrero de 1997 (2,5%). A partir de entonces, y pese a que la economía se desarrollaba a toda máquina, con crecimientos que han rozado el 4%, los precios se mantuvieron por debajo del 2%.

Ahora la situación es la contraria. La economía se desacelera y empiezan a aparecer tensiones en los precios, a niveles que se acercan al 2,5%. La explicación inicial es que el menor crecimiento económico obedece al sector exterior, por la crisis financiera internacional, mientras que el consumo privado sigue fuerte y esto es un aliciente para has subidas de precios.

El incentivo más claro en estos momentos es el descenso de los tipos de interés decidido semanas atrás por el BCE (hasta el 2,5%). Una decisión que, desde el punto de vista del control de los precios, es negativa para España. Su posición respecto de los demás países del euro se ha deteriorado en marzo pasado (último dato del índice de precios armonizado dado a conocer), con un diferencial de 1,1 puntos. En ese momento, España no cumplía el requisito de convergencia para el euro, ya que superaba en 1,9 puntos la media de los tres países mejores (1,5 puntos por encima de esa media). Portugal dio a conocer ayer que su IPC subió un 0,6% en abril.

En abril, es posible que la situación no empeore ya que a todos los países de la zona euro, y también a EE UU, les está afectando la subida de los precios del petróleo. En España, ésta ha sido la causa principal de que el IPC de marzo se haya disparado hasta eh 2,4%. El capítulo de carburantes y combustibles (con un peso del 5,1%.en el conjunto del IPC) ha registrado una subida del 3,8% en abril respecto de marzo, que contrasta con los descensos continuados de todo el año anterior y buena parte de 1997.

El Gobierno ha terminado por aceptar que tiene que hacer algo más para controlar los precios y ha decidido modificar a la baja su objetivo de déficit público para este año (el 1,6% del PIB). No se trata, en principio, de aplicar un recorte del gasto público, y sí de no dilapidar el oxígeno que para los ingresos supone que eh consumo privado se mantenga fuerte.

Es decir, lo contrario de lo sucedido hasta ahora. En los dos últimos años, los ingresos han rebasado en más de medio billón de pesetas las previsiones, pero este dinero se ha destinado a aumentar el gasto en lugar de a reducir el déficit. Ahora esto se quiere evitar con un más estricto control del gasto, de manera que éste se sujete a las previsiones y con la ayuda que para los intereses de ha deuda supone el recorte del precio del dinero (unos 45.000 millones de pesetas).

Se trata de que se cumpla el objetivo de inflación para este año (1,8%), lo que según Economía se hará más factible en el segundo semestre. Como amenazas más coyunturales están los precios del aceite (3,6% de subida en abril sobre marzo) y de la patata (8%). El sector servicios se ha moderado ligeramente en abril (0,3%) y su tasa anual ha bajado dos décimas, hasta el 3,6%, pese a haber coincidido con la Semana Santa.

Un dato menos malo es que la inflación subyacente (el IPC menos sus componentes más inestables: los alimentos frescos y la energía) se ha mantenido en abril en el 2,5%. Aún así, es la tasa más alta desde agosto del año pasado.

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