EUDALD DOMÈNECH DIRECTOR DE "TELÉPOLIS" "En Internet el talento y el dinero están hoy día en Nueva York"

La empresa FD5, de origen francés, es una de las tres compañías de capital-riesgo extranjeras que han aportado cinco millones de dólares (unos 800 millones de pesetas) a IP Multimedia, empresa editora del portal Telépolis, que dirige el catalán Eudald Domènech. Hace escasos días, Domènech daba a conocer un acuerdo de recompra de la participación del Grupo Anaya y la entrada en el 30% del capital de inversores extranjeros de capital-riesgo, en unas Jornadas sobre Internet organizadas en laFacultad de Periodismo de la Universidad del País Vasco. Pregunta. ¿Dónde ha conseguido los 800 millones de inversión para IP Multimedia? Respuesta. Hemos conseguido financiación de tres empresas de capital-riesgo. De dos de ellas no podemos decir nada por el momento. La otra es FD5, un fondo de inversión de capital-riesgo francés de 100 millones de dólares en activos y que sólo invierte en Internet. Tiene un servicio en Francia, Multimanía, en Alemania, y otros dos o tres en Estados Unidos, uno de los cuales es muy interesante, Seudo.com, una especie de canal de radio y TV por Internet. Son por lo tanto tres socios minoritarios que en total hacen un 30%, de los cuales el 13,88% lo ha invertido FD5. P. ¿Por qué no han acudido a empresas de capital-riesgo españolas? R. Dicen ellas que son de capital-riesgo, pero son peores que un banco. Tú vas con tu web, y no lo saben ver. Y el que lo sabe ver, es puro oportunismo: te ven joven, te dan cuatro duros y las plusvalías se las lleva él. Telépolis lo empezamos de menos cero, nos han machacado bastante. Anaya ha sido la excepción, se han portado como unos señores. P. ¿Cuál ha sido la estrategia para conseguir financiación? R. Tal y como está hoy día el mercado, la manera de conseguir unos altos rendimientos es entrando en las empresas justo antes de que coticen en Bolsa. En Estados Unidos buscan empresas con proyección, que valgan cada vez más. Además quieren grandes ideas, porque para ellos supone el mismo trabajo estudiar un proyecto grande que uno pequeño. Nosotros hemos buscado cinco millones de dólares, aunque al principio buscábamos algo más. P. ¿Por qué Anaya ha vendido su participación de IP Multimedia? R. Los señores de Havas querían vender libros de texto para Hispanoamérica y entonces pagaron por Anaya 35.000 millones de pesetas. Dentro de Anaya había varias empresas, y nosotros éramos una de ellas, que no entrábamos en sus planes. Llegamos a un acuerdo para recomprar su 50%, nos pusimos a buscar: avión, y para Estados Unidos. P. ¿Qué tienen ustedes para convencer a los inversores? R. En Estados Unidos le dan mucha importancia al tema español, pero todas las iniciativas les llegan del sur, de Colombia, Méjico, etc. En cambio, España les suena a Europa, que tiene un rigor. Otra cosa que he utilizado para convencerles de que nosotros podíamos entrar mejor en el mercado de lengua española es que yo pienso en catalán y vendo en español, mientras que ellos piensan en inglés y no venden nada en español. P. Recientemente han abierto una oficina en Nueva York, en Sillicon Valley. ¿Cuál es su objetivo? R. Hoy en día el talento y el dinero están en Nueva York. Hemos cogido una oficina de 90 metros cuadrados y a seis personas de experiencia. Y vamos a entrar por nuestra calidad de contenidos. A los usuarios hispanos de Norteamérica les da igual el idioma, sólo buscan la calidad. Y tenemos nuestro producto Digital Hoy, que allí nadie lo hace como nosotros. Ahí tenemos una oportunidad, y así, por ejemplo, el Nuevo Herald de Miami nos pidió que le hiciéramos este servicio. P. ¿Cuándo va a entrar Telépolis de lleno en el comercio electrónico? R. Estamos haciendo experimentos. Creemos que hasta las Navidades del 2000 el comercio electrónico no será interesante en España; hasta que no se solucione el tema de la seguridad, y no sólo tecnológicamente sino también de legislación. Fallan las tramas de confianza, que los bancos se fíen entre ellos. Cuando consigamos que un 5% de nuestras visitas compre algo, nos damos con un canto en los dientes. Y cuando funcione, que los intermediarios vayan haciendo las maletas.