Miguel Bayón novela la aventura de "los últimos románticos "
Se llamaron Henrique Galvão, Xosé Velo y José Sotomayor, y fueron los protagonistas de una aventura en la que implicaron a una veintena de muchachos, al mayor barco de pasajeros de Portugal y a las marinas norteamericana, portuguesa y española. En enero de 1961 secuestraron, durante dos semanas, el bajel Santa Maria y lo rebautizaron como el Santa Liberdade. Éste mismo nombre es el que Miguel Bayón (Madrid, 1947), periodista de EL PAÍS, ha puesto a su tercera novela, publicada por Planeta: la aventura de "los últimos románticos de la historia". El autor cree que sólo los militares que protagonizaron la Revolución de los Claveles, en Portugal, hace 25 años, se les pueden equiparar. Con su acción, estos tres exiliados ibéricos en Venezuela -Galvão debido a la dictadura de Salazar en Portugal; Sotomayor y Velo, a la de Franco- quisieron iniciar una revuelta que, según los planes del gallego Velo, "el ideólogo", tenía que provocar la insurrección popular tanto en la Península como en las colonias y en Brasil. El objetivo: crear una confederación basada en principios democráticos. Silencio y fascinación Estos hechos verídicos y el perfil de unos personajes de leyenda, entre "fantasmales y quijotescos", fascinaron a Bayón desde que sucedieron y provocaron su deseo de convertirlos en novela. "Es sorprendente que, más de treinta años después, el mío sea el primer libro que hable de ello", afirma. En primer lugar, Bayón apunta a la lógica de la censura franquista, que borró todo rastro de los participantes españoles en el secuestro. En segundo, a los partidos comunistas, tanto el portugués como el español, que miraban con desconfianza el arrojo de estos aventureros y calificaron de "utópico" su plan. Un plan que fracasó, pero que provocó un "exitazo propagandístico en todo el mundo, menos en la Península". Desde The New York Times hasta Paris Match, los medios de comunicación se hicieron eco de ello, recuerda Bayón. Para reunir información, el autor recurrió a las hemerotecas, a algunas de las 1.000 personas que se hallaban en el barco secuestrado y a material gráfico tomado a bordo. Unas fotografías bastante animadas que reflejan "un ambiente esperpéntico y muy divertido". Con este mismo tono, y con mezclas lingüísticas entre portugués, castellano y gallego, Bayón ha construido algo cercano a la comedia y, más concretamente, al vodevil. Todo ello, sin faltar "a los hechos históricos", pero sin caer en la novela "al estilo Tom Clancy".
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