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López Gil, el empresario veloz

ICT (Ingeniería y Construcción de Troqueles) e ICM (Ingeniería y Construcción de Matrices) son las dos empresas que ha creado José Luis López Gil en los últimos seis años. Este ingeniero vizcaíno trabajó durante 13 años en Mecaner, primero como jefe de proyecto y después, como gerente. Tras abandonar la empresa, se dedicó durante un par de años a asesorar a otras personas que querían montar un negocio hasta que decidió crear su propia compañía. Así nació en 1993 ICM, a la que este año ha añadido un nuevo negocio. ICM emplea a 46 personas y la recién creada ICT, que empezó su actividad hace apenas dos meses, ya emplea a 39 personas. "El compromiso era crear 50 puestos de trabajo en tres años, pero a finales de este año cumpliremos este objetivo", comenta López Gil, gerente de las dos empresas, quien añade que el arranque del negocio "no puede ser mejor". La nueva empresa ha tenido un despegue espectacular y cuando todavía el área de oficinas está en obras, ya tiene una cartera de pedidos que asciende a 550 millones de pesetas (3,3 millones de euros), lo que ha elevado la facturación prevista para este año de los 250 millones a los 400 millones de pesetas. El nacimiento en 1993 de ICM, dedicada a la ingeniería y fabricación de piezas para el sector de automoción y que comenzó con seis empleados, fue también bueno y el primer año registró una facturación de 123 millones de pesetas. La actividad comenzó en un solar de 800 metros cuadrados en el polígono El Campillo de Abanto y Zierbana, que ahora ha aumentado su capacidad hasta alcanzar los 1.600 metros cuadrados. En 1998, la empresa registró unas ventas de 800 millones de pesetas, que esperan repetir este año. "Éste es el tope de facturación y trabajo que puede asumir ICM y por eso hemos creado ICT, donde podemos asumir más trabajo y realizar troqueles más grandes", explica López Gil. El gerente de las dos compañías, en las que tiene una posición accionarial mayoritaria, explica el éxito de sus negocios en "la experiencia y en trabajar mucho". "Si sabes lo que quieres, es fácil montar un negocio. Hay que ser valiente y tener mucha ilusión", añade. A la buena marcha de los negocios ha contribuido también la crisis que han sufrido algunas empresas del sector y que han dejado un hueco que este empresario ha sabido aprovechar. La sociedad de capital riesgo de la Diputación vizcaína Seed Capital Bizkaia ha apoyado desde sus inicios los negocios de López Gil. Seed Capital tomó el 25% de ICM desde su fundación hasta 1996, cuando vendió su participación a los socios y en enero pasado tomó el 21% de la nueva ICT. López Gil es el accionista mayoritario de las dos empresas, en las que controla el 90% y 70%, respectivamente. Los principales grupos automovilísticos (Ford, Volvo, Mercedes, Peugeot) son clientes de ICT, que subcontrata y a la vez trabaja bajo pedido de otras empresas del sector que no pueden asumir por sí solas el trabajo que tienen. Esta compañía fabrica troqueles de hasta 20 toneladas y la nueva fábrica se dedica a la producción de unidades de hasta 35 toneladas. Inversiones La puesta en marcha de la nueva empresa ha supuesto una inversión de 700 millones de pesetas (4,2 millones de euros), a los que hay que sumar los otros 215 millones que se inyectaron el año pasado en ICT. El nuevo negocio se beneficia de las ayudas previstas en el Plan Interinstitucional de la Margen Izquierda y ha recibido subvenciones tanto del Ministerio de Industria y Energía y la Sociedad de Promoción y Revitalización Industrial (Spri) como del Gobierno vasco y de la Diputación vizcaína. Las inversiones garantizan responder a los pedidos que llegan a la empresa y "que antes nos ahogaban", según comenta el gerente. Las previsiones de facturación para este año son de 800 millones de pesetas para ICM y entre 400 y 450 millones para su hermana pequeña, ICT. Éste era el objetivo a cumplir en el año 2000, pero la buena marcha de la nueva compañía ha superado las expectativas.

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