"Soy uno de los pocos americanos a quienes les gusta Tintín"
Charles Burns (Washington DC, 1955) es un dibujante que ha sido un punto de referencia del cómic independiente, tanto en Estados Unidos como en Europa. Sus obras esconden, tras un planteamiento narrativo cercano a las historias juveniles de misterio y acción, todo un mundo de fantasmas y miedos. Los cómics de Burns han sido acertadamente definidas por el especialista Félix Sabaté como "una versión pervertida de Enid Blyton". El dibujante estadounidense se encuentra estos días en Barcelona con motivo del Salón del Cómic, en cuyo recinto no para de firmar ejemplares. El pasado año obtuvo el premio a la mejor obra extranjera por El club de sangre. Su estancia coincide con la publicación del álbum Agujero negro, editado por La Cúpula. "Creo que mis relatos responden a un deseo de ahuyentar mis fantasmas, pero la mayoría de la gente que se encuentra en mi caso, una vez que han concluido su obra siguen con sus mismas neuras", explica el dibujante. A Burns se le ha definido como un mitómano de la cultura basura y de la estética de los años cincuenta. Él mismo reconoce algunas de estas influencias. "En mi obra hay mucho de las películas de terror de la Hammer, de la ciencia-ficción de serie B de los años cincuenta y de los clásicos del cómic norteamericano como Li"l Abner, que yo leía de la colección de mi padre". Burns es también un caso especial dentro de la cultura estadounidense: es desde los cuatro años un ferviente seguidor de Tintín, una serie que nunca ha tenido predicamento en Estados Unidos. "En mi país soy de los pocos a los que les gusta Tintín", dice. En la contraportada de El club de sangre, Burns rinde homenaje a Hergé dibujando una versión propia de las características contraportadas de las antiguas versiones de Tintín, en las que aparecían todos los personajes. También reconoce su interés por todo lo relacionado con el cómic que se hace en Europa. "Normalmente en Estados Unidos recibimos pocas cosas, casi siempre en el idioma original o en pésimas traducciones. Yo aprovecho mis viajes a Europa para estar al tanto de lo nuevo". En España pone como referencia el trabajo de Max y el de Martí, autor con el tiene muchas coincidencias. Las historias de Burns tienen un componente oscuro y morboso, resaltado gráficamente por un fuerte claroscuro. "Hay cosas que sólo las puedo imaginar en blanco y negro", dice. Sus personajes representan partes de sí mismo. Por ejemplo, de Big Baby dice que expresa su parte más inocente. El Borbah, aparecido en las páginas de la revista El Víbora, tiene que ver con su aspecto más brutal, estúpido e inconsciente. "En Agujero negro he creado personajes más complejos y he intentado pensar lo que yo haría poniéndome en la piel de una chica". En esta obra, una extraña epidemia ataca exclusivamente a los adolescentes y les produce graves mutaciones.
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