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OPA del grupo chileno Luksic para recuperar el Banco Santiago y desbancar al BSCH

El grupo chileno Luksic sorprendió a última hora del martes con el lanzamiento de una oferta pública de adquisición (OPA) sobre el 45% de las acciones del Banco de Santiago. La operación se hizo 24 horas después de que el propio grupo firmara la venta del 21,75% de dicho banco al español BSCH, que de esa forma pasó a poseer el 43, 5%. La OPA de Luksic cuenta con el apoyo del banco central chileno, propietario del 35,4% del Santiago, y del asiático HSBC, que tiene el 6,9%. El BSCH anunció ayer que no piensa desprenderse de su participación.

El grupo Luksic se halla embarcado en una ofensiva para recuperar el control del Santiago, primer banco del país con la complicidad, no oficial, de las autoridades del Banco Central de Chile y con el apoyo sellado del Hong Kong & Shangai Bank Corporation (HSBC), según fuentes solventes. El banco central tomó esta participación por la crisis que atravesó la entidad y ya in tentó en 1997 desprenderse de ella.

"El Banco Central", según declaró ayer su presidente, Carlos Massad, "ha estado estudiando fórmulas alternativas que le permitieran desprenderse de su paquete de acciones para proteger debidamente su patrimonio, por lo que considera positivo que se presenten nuevas opciones en el mercado. El Banco Central estudiará con interés la oferta de Quiñenco".

Luksic ofrece pagar 900 millones de dólares (140.000 millones de pesetas) o 9,6 pesos por acción, en un periodo de tiempo a contar desde ayer hasta las 16.00 horas del sábado 15 de mayo. Los 900 millones de dólares que ofrece Luksic suponen una prima del 25% sobre la cotización de los últimos 90 días, aunque sólo 0,8 pesos sobre el cierre del 4 de mayo. Este precio está muy por debajo del que pagó el BSCH por adquirir a Luksic el 21,75%. Quizá por ello el banco español no está dispuesto a vender. La entidad se quedará como socio financiero aunque se quede sin el control político del primer banco chileno. Además se quita los problemas de competencia que habían surgido al copar en torno al 30% del mercado ya que controla el segundo banco, el Santander de Chile.

Andrónico Luksic cesó en su puesto de presidente del Santiago el lunes, tras cobrar los 600 millones de dólares (unos 93.000 millones de pesetas) pagados por el BSCH para adquirir la mitad del paquete del 43,5% del Santiago que compartían los dos grupos a través de O'Higgins.

El martes Luksic dejó su despacho de presidente en la sede del banco, en el centro de Santiago, cerca del mediodía y se trasladó a las oficinas del barrio residencial de Las Condes, para volver a ocupar su despacho en el poderoso grupo familiar Quiñenco. A esas horas, el grupo ya había informado a la Superintendencia de Valores y Seguros chilena su oferta pública, y fue suspendida la cotización del Santiago y de Quiñenco.

Sin embargo, la noticia se mantuvo en reserva varias horas más. A las 18.30, hora de Santiago, el grupo emitió un comunicado oficial: "Quiñenco sociedad holding [gurpo] del grupo Luksic ha anunciado su interés de obtener el control del Banco Santiago, a través de una oferta de adquisición de acciones hasta alcanzar el 45% de las acciones del banco".

Luksic había desmentido en los últimos días varias noticias relacionadas con una posible batalla por la recuperación del Santiago, una vez que se hiciera efectiva la venta de la participación que tenía al BSCH. Fue el mismo presidente de Quiñenco, Guillermo Luksic, hermano de Andrónico, quien enfatizó el pasado fin de semana: "Para nosotros el tema del Santiago está cerrado". Lo que estaba cerrado, pues, era la decisión de lanzar una ofensiva para recuperar el control. Luksic ha acumulado liquidez en los últimos meses. En ese tiempo negoció comprar o vender la participación compartida en el Santiago tras la creación del BSCH (lo compartía con el antiguo BCH). En su comunicado, el grupo se hace eco de la difícil situación creada a partir de la decisión del BCH de terminar su relación con Quiñenco en febrero pasado. "Quiñenco", dice, "tuvo que tomar una decisión empresarial difícil, y aceptar la oferta de compra por parte del grupo español.

Ello fue debido a que el plazo de 90 días que establecía el pacto de accionistas para decidir aceptar o rechazar la oferta de compra no le permitió a Quiñenco encontrar un socio estratégico que reemplazara a BCH, factor indispensable para el adecuado desarrollo de su proyecto financiero en Chile".

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