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El pionero del Ensanche

Ingeniero de caminos, urbanista, topógrafo, arquitecto, jurista, economista, gestor, político, miliciano, escritor, sociólogo, científico, reformador social. Un hombre polifacético, ilustrado, liberal comprometido, antítesis del tecnócrata, un pionero que se adelantó a su tiempo para dejar una obra que ha sido reconocida de forma unánime y cuyas ideas han sido aplicadas en numerosas ciudades, entre ellas Valencia. El Centre Cultural Bancaixa de Valencia alberga estos días la exposición Cerdá, ciudad y territorio, centrada en la vida y la obra de Idelfonso Cerdá i Sunyer, conocido sobre todo por su Proyecto de Reforma Interior y Ensanche de Barcelona, el famoso Plan Cerdá. La exposición, que ha dado la vuelta al mundo, ha venido a Valencia de la mano del Colegio Oficial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, que ha organizado paralelamente unas jornadas de debate en torno a la figura y la obra de Idelfonso Cerdá. La primera, convocada para hoy bajo el título Valencia, Barcelona, dos ciudades, pretende analizar los paralelismos entre el urbanismo de las dos capitales. El ciclo continuará el lunes con un debate sobre los cambios experimentados por la ciudad condal, titulado De la Barcelona de Cerdá a la Barcelona Olímpica, y se cerrará el miércoles 12 con una conferencia en torno a Las ciudades del futuro. La exposición del Centre Cultural Bancaixa permanecerá abierta hasta el día 16 de mayo. Se trata de una lección magistral de urbanismo que muestra el trabajo de un profesional culto, minucioso, integrador, estrechamente vinculado a la realidad social y física de su entorno y de su tiempo, un igualitarista convencido, profundamente preocupado por la mejora de las condiciones de vida en las ciudades, que con el tiempo ha sido calificado como el primer teórico del urbanismo moderno y muchas de cuyas ideas continúan plenamente vigentes siglo y medio después. Idelfonso Cerdá nació en diciembre de 1815 en el mas de El Serdà, una propiedad que su familia poseía desde el siglo XIV en el municipio de Centelles, en Barcelona. En esta ciudad inició estudios de arquitectura, dibujo, matemáticas y náutica, antes de trasladarse a Madrid, donde en 1841 obtuvo el título de ingeniero de caminos y donde profundizó en una fe liberal que había vivido en el ambiente familiar. Ejerció con éxito como ingeniero, pero tras la muerte prematura de sus dos hermanos mayores, quedó como heredero de la fortuna familiar y pudo dedicarse a su verdadera pasión, el urbanismo, además de entrar en la vida política. En 1859 Cerdá presentó su proyecto para el Ensanche de Barcelona, en el que reflejó sus ideales sociales y en el que dio muestra de su clarividencia. Cuando los automóviles ni siquiera existían, cuando el ferrocarril apenas era conocido, Cerdá trazó un plan que ya preveía la irrupción de estos medios de transporte en las ciudades modernas. El trazado que Cerdá propuso para el Ensanche barcelonés, basado en la cuadrícula, presentaba ya una serie de ventajas de orden social, circulatorio, topológico, jurídico y urbanístico que posteriormente habrían de convertirse en la norma de las grandes aglomeraciones urbanas europeas. En el diseño de Cerdá destaca su visión global de la ciudad, que se manifiesta tanto en la configuración de las manzanas como en sus ideas en torno a las viviendas, pasando por sus propuestas en torno a las comunicaciones, y todo ello en conjunción con conceptos como privacidad, independencia, amplitud, asoleamiento, ventilación, iluminación, intermodalidad..., que hasta entonces nadie había puesto en relación a la hora de planificar. Lástima que, como suele suceder con la mayoría de los pioneros, las propuestas de Cerdá quedaran desdibujadas por presiones de todo tipo, desde la de los propietarios de suelo que se opusieron a tanto espacio libre, hasta los políticos conservadores contrarios a las ideas igualitaristas de sus proyectos y de su Teoría General de la Urbanización. Cerdá falleció en agosto de 1876, víctima de un síncope y en su necrológica, el diario La Imprenta señalaba: "El señor Cerdá era liberal y tenía talento, dos circunstancias que en España perjudican y suelen crear muchos enemigos".

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