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Unas 2.000 personas arropan la presentación del plan estratégico cultural de Barcelona

Desde hace dos años, y a instancias del Ayuntamiento de Barcelona, unas 350 personas de diversos sectores culturales se han estado reuniendo en comisiones para elaborar un Plan Estratégico del Sector Cultural de Barcelona que cubra las necesidades presentes y futuras de la ciudad en el año 2010. Primero se elaboró la primera fase de diagnóstico y ayer, en un acto celebrado ante unas 2.000 personas en el Auditori, se presentó la segunda fase, un plan que recoge los objetivos, criterios y un centenar de proyectos. La tercera fase comienza ahora, aunque aún no hay calendario ni financiación.

"La cultura tiene que desempeñar un papel clave en la próxima gran transformación de Barcelona", señaló en el acto de presentación del plan el concejal de Cultura, Joaquim de Nadal. El director del Instituto de Cultura de Barcelona, Ferran Mascarell, habló de "utopía" realizable y el alcalde Joan Clos, de la posibilidad de "pensar y cambiar el futuro". Fueron las tres intervenciones institucionales del acto, en el que también se pasaron varios vídeos explicativos de los objetivos y proyectos del plan y los actores Lluís Soler y Rosa Cadafalch leyeron algunos textos sobre la importancia de la cultura. Todos los asistentes al acto, alrededor de 2.000 personas de distintos sectores profesionales de la cultura, recibieron el libro con el plan estratégico. Desde hoy, el patio del palacio de la Virreina acoge una exposición gratuita sobre el mismo. La idea es que una vez se ha producido la transformación urbanística y económica de Barcelona de ciudad industrial a ciudad de servicios, la cultura se ha convertido en un factor importante en el futuro desarrollo económico de la misma y de su entorno geográfico. El acento, dice el lema, hay que ponerlo en la cultura. Y ya que políticamente es imposible superar las barreras municipales, la transformación cultural debe tener carácter metropolitano e implicar en los proyectos no sólo al centro histórico y los barrios periféricos, sino también a las ciudades del área metropolitana. Según Clos, "si un extraterrestre mirara Barcelona desde el cielo no distinguiría fronteras municipales". Otro aspecto se centra en potenciar las asociaciones, colectivos y productores culturales con el objetivo de que unan fuerzas en proyectos comunes y se creen redes de intercambio. El sector público será el motor, pero se confía en el sector privado para que contribuya a la financiación y puesta en marcha de buena parte de los proyectos. También se destaca la importancia del desarrollo del sector digital con vistas a la competitividad futura, y en el aspecto patrimonial se prevé crear nuevos centros, especialmente en la nueva área urbanística del Besòs, a raíz del Fòrum 2004. El plan está dividido en seis grandes líneas estratégicas: fortalecer Barcelona como factoría de producción de contenidos culturales; hacer de la cultura un elemento clave de cohesión social; incorporar Barcelona a los flujos de la cultura digital; impulsar el conjunto patrimonial de Barcelona; vertebrar Barcelona como un espacio cultural singular y metropolitano, y proyectar Barcelona como plataforma de promoción internacional. El coordinador del plan, Jordi Martí, explicó: "Es difícil calcular la inversión que suponen todos estos proyectos porque hablar de cifras concretas en estos momentos resultaría aleatorio". La tercera fase, la de concretar y poner en marcha los proyectos, comienza ahora. Aunque es posible que no dé tiempo a iniciarlos antes de que acabe la temporada electoral.

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