El dudoso futuro de otra familia dividida por el exilio
Parte de la familia de Afrim Harjullahu engrosa la fría lista de los deportados albanokosovares que sobreviven en el campo de refugiados de Stankovic I, en Macedonia. Llegaron allí tras días de humillaciones. Los padres de este fotógrafo, que congeló en imágenes el horror sufrido en Pristina, viven ahora en el campamento con tres de sus ocho hijos y con la esposa de uno de ellos, que está embarazada de cuatro meses. Afrim no llegó a entrar en Stankovic y sigue retratando su propia "miseria" por los campamentos instalados en Macedonia.
El hijo menor de los Harjullahu estudia en Austria. No ha tenido que ver a su familia huir de la muerte. Las otras tres hermanas están casadas y hasta hace poco vivían en algún lugar de Kosovo. No saben nada de ellas.
El padre de Afrim, que ha sido maestro en un colegio de Pristina hasta que todo se tornó imposible, no sabe si quiere salir de Stankovic junto con su mujer en alguno de los aviones que reparten a los refugiados por terceros países. Sus hijos, sin embargo, tienen claro su destino: Austria. Afrim razona esa decisión. Sus hermanos son muy jóvenes, "sueñan con un futuro", y su cuñada quiere tener a su bebé.
