Un indigente muere carbonizado al arder una buhardilla en Lavapiés
Una persona, que anoche aún no estaba identificada, murió calcinada en la última madrugada al arder la buhardilla donde dormía, de madera, en el número 9 de la calle de la Encomienda (Lavapiés).
El lugar devastado por las llamas era empleado por los residentes como trastero y almacén, según explicaron ayer los vecinos.
En el cuarto había productos muy inflamables, como botes de pinturas, una botella de cámping gas, otra botella de butano y algunos papeles.
La víctima había escalado hasta la última planta por unos andamios instalados para reformar la fachada. Entraba en la habitación a través de una gran ventana.
El fallecido, según la policía, podría ser un mendigo que empleaba la buhardilla para dormir desde hace varias semanas. Los bomberos ignoraban el origen del fuego. La policía sospecha que el hombre pudo descuidarse mientras fumaba un cigarrillo en la habitación, repleta de productos que prenden con excesiva facilidad.
La señal de alarma en la central de bomberos saltó a las cinco de la madrugada. Cinco coches acudieron al siniestro, ocurrido en la última planta de la calle de la Encomienda.
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Los indigentes que merodean por Lavapiés ignoran la identidad del muerto
El andamio por donde subió el fallecido fue instalado el pasado mes de diciembre para la reforma de la fachada. Según la comunidad de vecinos, la reforma debería de haber terminado en un mes, pero se ha dilatado por razones que desconocían. "Somos familias humildes que hemos invertido 32 millones en reformar el bloque y ahora no sabemos lo que va a ocurrir", se lamentaba otra vecina. El titular del Juzgado de Instrucción número 43 ordenó a las nueve y media de la mañana el levantamiento del cadáver y su trasladado al Instituto Anatómico Forense. El primer avance de la autopsia revela que murió abrasado.
Agentes de policía científica del Cuerpo Nacional de Policía trataron, sin éxito, de buscar huellas de la víctima en la buhardilla y en el andamio. Ninguna persona pasó ayer por el Anatómico Forense para interesarse por la identidad del fallecido. Habitualmente se entierran los cadáveres sin identificar a los dos meses de su hallazgo.
Los vecinos del barrio mantienen que la víctima es un mendigo de la zona que había descubierto la buhardilla hace pocos días.
Varios indigentes que merodean por Lavapiés ignoraban ayer quién podría ser el fallecido. "Que nosotros sepamos, nadie dormía allí. No sabemos quién es. A lo mejor es Luis", señaló uno de los indigentes en la plaza de Tirso de Molina. "Pero cómo va a subir tan alto Luis si no tiene fuerzas", respondió otro mendigo. En el albergue de San Alfonso, próximo al lugar del fuego, tampoco echaban ayer en falta a nadie.
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