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Llegada casi en silencio

Ningún dirigente de la Federación acudió al aeropuerto para recibir a los campeones del mundo sub20

Una medalla de oro, colgada de su cuello, fue el distintivo que lucieron ayer con orgullo los 18 jugadores de la selección española sub 20 al abandonar el aeropuerto de Barajas. Llegaban de Lagos (Nigeria), donde el sábado conquistaron el primer título mundial en toda la historia del fútbol español al ganar a Japón por 4-0, partido que encabezó las audiencias del día con 4.600.000 teleespectadores.

"Otro país consigue esta hazaña y el aeropuerto se colapsa. Pero aquí, ni una bandera española... No quiero ofender a nadie, pero es una lástima", se lamentó del pobre recibimiento un directivo de la Federación, el ex árbitro Antonio Borrás del Barrio, que viajó con el equipo. Sólo una autoridad, el director general de Infraestructuras del Consejo Superior de Deportes, Ignacio Ayuso, acudió a la cita.

Iñaki Sáez, el seleccionador, fue más diplomático a la hora de justificar la ausencia del baño de multitudes que reciben algunos equipos: "Hoy [por ayer] es un día de labor y una hora temprana [la expedidicón llegó a Barajas a las once de la mañana]". Para el seleccionador fue más importante el ambiente vivido con este equipo. "Sabíamos que teníamos al país en vilo. Las recepciones son bonitas, pero lo importante son los sentimientos de la gente que está en su casa viéndonos por televisión".

Los jugadores no pudieron dismular el cansancio del viaje y las ganas por retornar con su familia. Uno de ellos, Rubén Suárez, centrocampista del Sporting e hijo del exinternacional del mismo equipo Cundi, reconoció: "Lo primero que haré nada más llegar a Gijón será celebrarlo con una buena fabada y una sidra de la tierra".

No hubo un atisbo de duda en la respuesta de Pablo González, el jugador del Celta cedido esta temporada al Numancia de Soria, y máximo goleador de este Mundial."¿Lo primero que haré? Irme cuanto antes a Redondela" (el pueblo de Pontevedra donde nació y vive su familia)".

Este título ha permitido desencadenar un debate que incluso llegó al Congreso de los Diputados: menos extranjeros y más españoles en el fútbol nacional. Iñaki Sáez es el primero en abrir esta serie de reivindicaciones en defensa del producto nacional. "Estos chavales, si tienen oportunidades, van a ser tan buenos o mejores que ahora. Hay que creer en esto. Es una especie de filosofía de la vida".

Una especie de filosofía

Ésa es, además, la filosofía de Teodoro Nieto, el principal descubridor de estas estrellas futbolísticas y en el que han coincidido todos los elogios de los propios jugadores. No es extraño que ahora, cuando en la Federación está separado de esta labor, le lluevan las ofertas laborales de agentes futbolísticos dispuestos a hacer un negocio redondo con los jugadores. Teodoro Nieto asegura que nunca caerá en el que llama "ese mercadeo". Este hombre, al que ahora la Federación le ha encargado la selección universitaria de fútbol, insistió en que este Mundial sub20 le ha proporcionado su mayor placer. "Un día, hace cuatro o cinco años, ves a un jugador y dices: "Este chico tiene madera". Llega un Mundial, como el de Nigeria, y te da la razón. ¿Qué más puedes pedir?".

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