JAIME GARCÍA-MÁIQUEZ POETA "En poesía, lo más atrayente no siempre es lo mejor"

En la incipiente obra de Jaime García-Máiquez (Murcia, 1973) conviven los ecos a menudo contradictorios de Borges, Neruda, Miguel d"Ors y Javier Salvago. Licenciado en Historia del Arte en Granada, este portuense de adopción disfruta en la actualidad de una beca en el Museo del Prado, pero su gran pasión es el verbo. Su libro de poemas Vivir al día obtuvo recientemente el premio Luis Cernuda, y será publicado en septiembre. Pregunta. En la joven poesía española, ¿hay más realidad o deseo? Respuesta. Yo creo que estamos más cerca de la realidad. Los poetas de ahora, desde lo que practican realismo sucio hasta los que hacemos lo que a mí me gusta llamar realismo limpio, hacemos una poesía de la cotidianeidad. suelo poetizar lo que tenemos más a mano, para tratar de hacer el mundo más hermoso. Alberti, en los años treinta, ya dedicaba poemas a un billete de metro; me gustaría recuperar ese estilo. P. La Universidad, ¿ayuda a formar a los poetas o les extirpa la vocación? R. Pienso que la Universidad favorece la creación, especialmente el trato con los profesores y los compañeros. P. ¿Hay que matar al padre, como quería Freud, o dejarse apadrinar? R. Es un asunto complicado. Muchos pintores se han alejado de los grandes maestros porque piensan que un árbol no crece a la sombra de otro. Pero en poesía hay que escoger lo mejor de cada uno, y recordar que las opciones más atrayentes no siempre son las mejores. P. Es difícil distinguir... R. Cuando es buena poesía, me gusta todo, aunque no vaya con mi estilo. Disfruto con Benjamín Prado, y con Bob Dylan. Puede sonar un poco pedante, pero mi definición de la poesía es jugar a Dios con las palabras. Es un juego trivial, pero a la vez sublime. Cualquiera puede vivir feliz sin poesía. P. En España, un grupo de poetas encabezados por Miguel d"Ors han devuelto el tono religioso a la poesía... R. Más bien una visión religiosa de la poesía. Es como aquellos que quieren dividir el mundo entre quienes les gusta la playa y quienes no. Creo que creer en Dios establece una visión totalmente diferente a la otra, la del no creyente. La belleza, decían los griegos, es el resplandor de la verdad. Y la verdad para nosotros es Dios. P. Un griego, Platón, expulsó a los poetas de la República. R. El propio Miguel d"Ors habla de eso. Dice que cuando al poeta se le hace demasiado caso, deja de serlo. Ahora se censura al intelectual de derechas, es casi un marginado. Y no sé si incluso puede ser positivo, para que su poesía se haga más concisa, más necesaria. P. ¿En el Museo del Prado hay más poesía que en la Biblioteca Nacional? R. No, hay más lírica en los libros.