_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Algo más

DE PASADAJuan Mesa, gaditano de 35 años, sargento reservista de la legión, ex-portero de discoteca y propietario de un local de copas y un restaurante en Málaga, contertulio de telebasura en su condición de puro macho frente a amenazas como el padre Apeles o La Veneno, se fue anoche en avión de Málaga a Kosovo voluntariamente, para instruir a la guerrilla albano Kosovar a recuperar su sitio. Lo contaba ayer el diario Sur. Llevaba años con ganas de guerra, pero el ejército le daba largas. Le aconsejaron ir a una ONG, pero él, dice, no quiso "ir a repartir bragas o compresas". No: él va "para algo más". En dos páginas sin desperdicio, el "legionario que seré hasta que me muera, como Millán Astray" (sic) cuenta por dónde pueden ir los tiros. "A ver si nos cargamos a Milosévic", dijo en una llamada a la embajada albanesa antes de constatar que, o se iba solo con su Rambo a cuestas, o nadie le iba a dar crédito. Mesa cree que la paz se conquista a hostias. Simboliza la versión sudada de la Vogue-War de la OTAN. Su segunda mujer, Susana Fernández, sólo le ha pedido una donación de semen por si no regresa. Mesa alardea de ese "algo más" que dice que les falta a Solana y las ONGs. Ese cacho de decir aquí estoy yo que le falta a la asociación Mediterráneo Sur, que ha juntado a un equipo de poderosos de las finanzas, la animación cultural, el coleccionismo, el periodismo y las profesiones liberales con la idea de montar proyectos culturales en Málaga. Ellos, que son un lobby, niegan serlo. Montaron el viernes por la noche una fiesta en El Balneario, lugar decadente de aire habanero al borde del mar, en los antiguos Baños del Carmen, que habría que recuperar como espacio de saraos y conciertos (en Málaga hacen falta fiestas: pongámonos a ello). Y el resultado multitudinario de la convocatoria demostró que todos veían en los Mariano Vergara, Tecla Lumbreras, Manuel Alcántara, Elena Blanco o Teodoro León Gross la encarnación del tan necesario grupo de presión. Ojo, con guasa: el de escritores ya ha dado sus frutos. Ya que poder tienen, quizá el algo más que se espera de ellos no sea tanto ciclos y jornadas como esa generosidad tan escasita en Málaga últimamente que desemboca en que las iniciativas que surgen se devoren entre sí. Nadie pide que se vuelvan legionarios. Con que fueran capaces de repartir compresas sin que se les caigan los anillos sería suficiente. HÉCTOR MÁRQUEZ

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_