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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Aclaración sobre la muerte de un perro

Por medio de la presente me dirijo a ustedes a fin de contestar la carta que, firmada por don Jesús Carrera, se publicó en este diario con fecha 16 del corriente en el apartado Opinión del lector. De la lectura de dicha carta, aparte de una incuestionable mala fe, se infieren una serie de incorrecciones insidiosas que, antes de nada, conviene aclarar para centrar la cuestión.

1. Los animales domésticos, como es público y notorio, son de exclusiva propiedad de sus amos y, en esa consideración, sin la autorización expresa de éstos, no se puede llevar a cabo ninguna tarea de diagnóstico ni de eutanasia, sin la debida autorización del dueño, resultando, además, que en este centro carecemos de medios especializados para atender situaciones críticas como las que nos ocupan.

2. La carta de don Jesús Carrera hace mención a la muerte de su "pobre perro Pizo"; si nos atenemos a la realidad de los hechos:

-Don Jesús Carrera, como la mayoría de los ciudadanos de este país, se marcha de vacaciones en Semana Santa dejando su perro al cuidado de su suegro, don Ángel Pujazón Martínez.

-A su suegro, por las razones que fueren, se le escapa el perro, de suerte que el día 2 de abril pasado, a las 17.35, es encontrado dicho animal, herido por atropello, por la policía local en la calle de Carretas de la localidad de Villaviciosa de Odón, avisando a este centro de dicha circunstancia.

-Acto seguido, personal del Centro Integral Canino de Majadahonda (Cicam) recoge al mismo administrándole un calmante y trasladándole a nuestras dependencias.

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-De inmediato, se procede a buscar su identificación por cuanto nos apercibimos de la presencia de un "chip identificador", resultando que de nuestras gestiones, tanto con la central de datos como con la clínica veterinaria Villacán -responsable de la implantación del chip- nos dan los datos de don Jesús y, además, los datos y el teléfono de su suegro, don Ángel Pujazón. Estas gestiones, dadas las fechas, se terminan a las 13.25 del día 5.

-En ese intervalo, en nuestras dependencias con teléfono abierto las 24 horas del día -incluido festivos-, esto es, desde el día 2 de abril -fecha del atropello y recogida del animal- hasta el día 6 de abril a las 13.10 -cuando se presenta la esposa de don Jesús-, el suegro, consciente de la desaparición, ni siquiera intenta una gestión telefónica, ni con la policía local, ni con la central de datos, ni con este centro que, dicho sea de paso, es el servicio municipal de Villaviciosa de Odón.

-Aparte de lo anterior, los propietarios del animal, a pesar de nuestra reiterada insistencia telefónica, una vez localizados, el lunes 5, no se personaron hasta las 13.00 horas del día siguiente; de esta actuación se puede denotar la apenada situación en la que se encontraban, que ni siquiera se molestaron en apresurarse a constatar la situación física de su perro, por más que del tenor de la carta se infiera un afecto importante hacia el mismo.

-Durante la estancia que el perro tuvo en el centro, con la lesión extremadamente grave que presentaba, fractura de columna vertebral, no se le pudo eutanasiar por cuanto carecíamos de la autorización que legalmente se exige para dicho acto.

-No obstante, queremos hacer constar que, lejos de la versión "dantesca" apuntada por el señor Carrera en su carta, el perro, si bien no estaba en una situación agradable, tenía la dentadura completa, la visión aparentemente correcta y, por supuesto, su cuerpo completo, siendo, de todo punto incierto, que se hallase dividido en dos, como se constata en la misma.

3. Como se infiere claramente de los puntos anteriormente descritos, la muerte del animal, aparte de ser irremediable, en ningún caso pudo adelantarse, evitando así el sufrimiento del mismo, toda vez que no teníamos la autorización del propietario. El perro finalmente falleció sobre las 15.30, una hora antes de llegar la veterinaria, poniéndose a disposición de la señora la cantidad que, en concepto de eutanasia, había dejado en depósito. Por otro lado, mi dedicación hacia los animales abandonados me ha llevado, incluso, a tener que vender mi piso para poder atenderles en condiciones.- Centro Integral Canino de Majadahonda.

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