Convergència censura el municipalismo de la izquierda, "que desvertebra la identidad nacional"
Convergència Democràtica (CDC) convirtió ayer la clausura de su conferencia de política municipal en un acto de arranque de la campaña electoral, trufado de ataques al Partit dels Socialistes (PSC), aunque quedó algo deslucido por la ausencia del líder convergente, Jordi Pujol. El secretario de Organización, Felip Puig, y el secretario general, Pere Esteve, secundaron la presentación de los principales candidatos nacionalistas y emplazaron a los suyos a "luchar contra un municipalismo desvertebrador de la identidad nacional", que atribuyen a la izquierda.
En primera fila se encontraban varios consejeros del Gobierno de CiU, como el de Cultura, Joan M. Pujals; el de Gobernación, Xavier Pomés, y el de Economía, Artur Mas. Pero la ausencia de Pujol -quien a última hora no acudió a la cita por problemas de agenda- y algunas sillas vacías deslucieron el acto de clausura de la conferencia de política municipal de CDC, que fue seguido por unas 200 personas. Los alcaldables de CiU de 20 localidades que los nacionalistas consideran emblemáticas -entre ellas, Tarragona, Mataró, Manresa, Lleida y Girona- leyeron el manifiesto aprobado por la formación, Construïm, des dels ajuntaments, una Catalunya socialment justa, econòmicament pròspera, ambientalment sostenible i globalment solidària. El manifiesto opta por el "nacionalismo catalán como superador del encorsetamiento de las ideologías" y defiende un "municipalismo nacionalista" que haga de los consistorios "una escuela de civismo, democracia y patriotismo". Puig, Esteve y también el candidato de CiU a la alcaldía de Barcelona, Joaquim Molins, contrapusieron este modelo al de la izquierda, "que desvertebra la identidad nacional", según recoge el documento de Convergència y reiteraron al unísono todos los oradores. Además, los dirigentes de CDC mostraron su convencimiento de que CiU gestiona mejor los municipios donde gobierna: "El municipalismo nacionalista ha pasado la mano por la cara a los que han querido patrimonializar el mundo local", proclamó Puig. Esteve, por su parte, acusó a los socialistas de "no tener proyecto ni ideas" y se vanaglorió de los candidatos convergentes: "Nuestro proyecto tiene a gente muy buena, un equipo auténticamente extraordinario", aseguró Esteve, quien prosiguió, sonriendo: "La diferencia con los otros es tan notoria...". El dirigente nacionalista también se cebó en el Partido Popular (PP) al afirmar que "ha perdido el camino y la cordura" por sus críticas al nacionalismo. Asimismo, Molins reiteró su idea de que Barcelona "ya no lidera Cataluña ni es aquella capital de sinergias, la que recogía los esfuerzos y energías de todos los catalanes y retornaba los beneficios hacia todos los rincones del país". El candidato exigió la reforma de las bases de la financiación local, "la asignatura pendiente desde hace 20 años" y acusó a los socialistas de no haber resuelto esta situación, "pese a haber mandando muchos años y pese a sus ampulosas declaraciones de fe municipalista".
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