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Tribuna
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Figo hace época

Santiago Segurola

La historia del fútbol está marcada en muchos casos por asuntos de oficina que resultan decisivos en el destino de los equipos. Nada lo explica mejor que el fichaje de Di Stéfano por el Real Madrid. ¿Que habría sucedido si el portentoso jugador argentino hubiera fichado por Barcelona? Probablemente el poder en el fútbol español habría girado hacia el noreste. Hace cinco años, el Madrid padeció un calvario con Figo. Jugaba en el Sporting de Lisboa y se había ganado un excelente prestigio en la selección juvenil portuguesa. Pero su figura quedaba a trasmano en un club que no conseguía romper el binomio Oporto-Benfica. Figo jugó dos partidos deslumbrantes frente a aquel Madrid de Valdano. Desde el club se dio la orden de ficharle a toda costa. No eran tiempos boyantes en el Madrid, que tenía el cajón con telarañas.. El Barça reaccionó con rapidez, con la prontitud que le procura cualquier incursión del Madrid en el mercado de futbolistas.

Se dice que Figo había alcanzado un acuerdo con el Madrid. Pero no hay acuerdo posible sin dinero de por medio. Fichó por el Barcelona y desde entonces ha sido una referencia sustancial en el equipo y en nuestro fútbol. No es Di Stéfano, pero el Madrid sería otro con la presencia del jugador portugués.

Tan festejado como es Rivaldo, probablemente el jugador brasileño no alcanza la consideración de Figo en términos de fiabilidad. A Rivaldo no se le discute su gran categoría, pero a veces da la impresión de circular como un cuerpo extraño en el juego del Barça. "Una cosa es jugar a la pelota y otra jugar al fútbol", dice el entrenador de uno de los mejores equipo del campeonato. Rivaldo juega maravillosamente a la pelota, pero muchas veces le cuesta jugar al fútbol.

Figo es otra cosa. Desde el costado derecho supone una amenaza constante para cualquier equipo. Lo hace por habilidad e insistencia, por un sentido del deber que resulta emocionante. Y su contribución acostumbra a crecer en la misma medida que a aumentar las dificultades de los encuentros. Figo vale para todos los partidos, pero especialmente para los grandes partidos. Aquella actuación en la final de Copa frente al Betis fue grandiosa. Y lo mismo ha sucedido en la mayoría de los duelos con el Madrid.

Pocos defensas acusan tanto el síndrome Figo como Roberto Carlos, víctima habitual de las habilidades del delantero portugués, que le saca de quicio. Un penalti hace dos temporadas, la expulsión en la actual. Cuando se enfrenta a Figo, Roberto Carlos se siente inseguro. Y con razón, porque el extremo del Barça supone un problema de primer orden para cualquier defensa.

Frente al Mallorca, un equipo que complica la vida a todo el mundo, Figo explicó punto por punto las razones que le han convertido en un jugador que hará época en el Barça. Porque de eso se trata: de un maravilloso futbolista que levanta el vuelo de su equipo.

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