La suspensión de un cabo lanza nuevas sombras sobre la policía de Olot

"No es más que una manzana pocha", aseguró el director general de la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso, refiriéndose al policía de Olot, Antonio Guirado, uno de los implicados en el secuestro de Maria Àngels Feliu. Nuevas revelaciones desmienten tal afirmación. El cabo de la policía Joan Casado fue suspendido ayer de sus funciones por el consistorio tras confesar su participación en un robo.

Casado confesó que había participado en el robo de una tienda junto a su habitual compañero de ronda, Antonio Guirado, actualmente en la prisión de Quatre Camins. El consistorio considera "muy grave" la falta de Casado y le ha abierto un expediente disciplinario-administrativo. La alcaldesa de la población, Pilar Brussosa, ha lamentado que la policía quede de nuevo en entredicho, aunque, en su opinión, y a tenor de los delitos que salpican a cuerpos de otros municipios, "Olot no es la excepción". En su declaración ante el juzgado, efectuada el pasado jueves según el diario El Punt, Casado explicó también que Guirado le tanteó en diversas ocasiones sobre la posibilidad de matar a una anciana por encargo de sus futuros herederos. El cabo admitió también haber hecho desaparecer de la casa del agente Josep Zambrano, quien también participó en el secuestro de la farmacéutica y falleció posteriormente a causa de una sobredosis, pruebas que podrían implicar en hechos delictivos a otros agentes de la policía de Olot. La confesión de Casado detalla que en julio de 1996, durante una ronda nocturna por las calles de Olot en compañía de Guirado, se toparon con una tienda que acababa de ser asaltada por unos ladrones. En la inspección del local, cuya puerta había sido forzada, encontraron 150.000 pesetas en la caja registradora, presuntamente abandonadas por los malhechores en su huida. Decidieron repartirse el dinero pensando que el robo se achacaría a los ladrones.