Demoras de 42 minutos en el aeródromo de Mallorca
Un retraso medio de 42 minutos en las llegadas y las salidas de los aviones, a estas alturas de la conflictiva crónica aeroportuaria española era tenido, ayer tarde, oficiosamente, en el aeropuerto de Son Sant Joan, de Palma de Mallorca, como un dato cercano a la normalidad. "Pasable, en un fin de semana", diagnosticó el ejecutivo de servicio, "y en un día sin huelga de pilotos de Iberia. Sí había restricciones internacionales para intentar mejorar el tráfico y el follón que se arrastra de Barajas. El sábado fue peor". Durante el fin de semana 1.040 vuelos operaron desde Mallorca. El domingo pasaron 75.000 viajeros, en 535 aviones. El sábado la media de descompensación sobre los horarios señalados y contratados fue de una hora y cinco minutos. El caso extremo fue un vuelo comercial turístico de Futura al norte de Francia, que quedó con siete horas de atraso, y dos trayectos, también internacionales, de Air Europa que engancharon dos horas y dos horas y veinte, respectivamente.
El domingo las esperas mayores correspondieron a sendos vuelos con Barcelona y Madrid, ambos más allá de la hora y media de tedio en las butacas con la tarjeta de embarque en las manos. Los mayores problemas, se señala en Son Sant Joan, tienen su origen en las complejas disfunciones de Barajas, luego los aviones multiplican en cada aeropuerto sus demoras. Al atardecer del domingo el 37% de los vuelos salían a deshora.
Una de las sufridas viajeras, María Antonia G., relató tras aterrizar en Palma su agitado viaje de fin de semana con su marido a Barcelona. "Ahora [ayer tarde] llegamos con más de dos horas de retraso. No sabemos por qué. La partida de Palma de ayer [sábado] se canceló y nos embarcaron alternativamente en un avión de hélice hacia Valencia y de allí a Barcelona; fueron seis horas de más, y, hoy, dos y media de propina".
