Los populares volverían a ganar con diferencia las elecciones europeas
Las elecciones al Parlamento Europeo, que se celebrarán el 13 de junio, son consideradas muy o bastante importantes por un 70% de los españoles, frente a sólo un 21% que las califica de poco o nada relevantes. El PP, según la intención de voto, les lleva a los socialistas una ventaja de 6,2 puntos. En los comicios de 1994 la diferencia real entre ambas formaciones expresada en votos sobre censo fue de 5,6 puntos. CiU sube también en intención de voto respecto a aquellas votaciones. IU, en cambio baja hasta el 4,6%, desde el 8% sobre censo de 1994.
La intención directa de voto expresada por los entrevistados en el Barómetro de Primavera da una ventaja de 6,2 puntos al PP sobre el PSOE (26,2% frente al 20,0%). En 1994 (los comicios europeos se celebran cada cinco años), la diferencia real entre ambas formaciones, expresada en voto sobre censo, fue de 5,6 puntos. IU registra una intención directa de voto de 4,6% (en 1994 obtuvo el 8% de los sufragios sobre censo). En cuanto a CiU, la intención de voto expresada (3,3%) es superior en siete décimas al voto sobre censo que realmente obtuvo. La exigüidad de la muestra utilizada para este barómetro no permite establecer intenciones de voto significativas para el resto de las formaciones políticas. Debe tenerse además en cuenta que este sondeo no constituye una encuesta preelectoral y, en consecuencia, los datos que arroja deben ser manejados con cautela, por cuanto no reflejan intenciones de voto cristalizadas.
Ahora bien, si se sometieran dichos datos a los mismos cálculos utilizados en las encuestas preelectorales para llegar a estimaciones probables de voto, se obtendría que tanto el PP como el PSOE aumentarían sus porcentajes sobre el total de votos emitidos, acortándose la distancia entre ambos: el PP lograría en torno al 42% de los votos (obtuvo el 40,2% en 1994) y el PSOE el 34,2% (frente al 30,7% de hace cinco años) en la estimación de voto resultante.
Este mayor peso electoral de los dos principales partidos se traduciría, con toda probabilidad, en un mayor número de escaños para ambos, a expensas de las restantes formaciones, fundamentalmente de Izquierda Unida. Estos datos deben, no obstante, ser tomados como un mero ejercicio de simulación realizado a una distancia todavía considerable de la fecha electoral y con una muestra insuficiente para determinar las probabilidades de las opciones de ámbito más reducido. En todo caso, el 58% de los entrevistados cree que será el PP quien gane estas elecciones, frente a un 15% que cree que vencerá el PSOE. Asimismo, son algo más numerosos los entrevistados que opinan que el PP ha defendido y, sobre todo, defenderá, en Europa los intereses de España mejor que los socialistas.
La idea de que en un futuro cercano las elecciones europeas acabarán siendo tan importantes como las elecciones al Parlamento español es ya predominante entre los ciudadanos: la expresa casi uno de cada dos entrevistados (el 46%).
En consecuencia, parece existir una mayor predisposición a acudir a las urnas: el 54% de los encuestados dice que, con seguridad, acudirá a votar, y un 21% adicional indica que probablemente lo hará. Esto permite esperar un índice de participación final con toda probabilidad superior al 58,6% registrado en 1994.
