Jerez Industrial se acerca a la quiebra tras denegarse la suspensión de pagos

El fantasma de la quiebra planea sobre Jerez Industrial, SA (JISA), después de que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 7 de Jerez haya desestimado la declaración de suspensión de pagos presentada recientemente por la empresa de artes gráficas y cartonajes. La decisión judicial ha caído como un jarro de agua fría entre los trabajadores y deja a la firma en una muy delicada situación cara al futuro. Gran parte de la plantilla, integrada por más de 180 personas, se concentró ayer en la céntrica plaza del Arenal para llevar a cabo una pegada de carteles que tiene por objeto sensibilizar e informar a los ciudadanos sobre la crisis que atraviesa esta conocida compañía jerezana. El comité de empresa de JISA reaccionó ayer con cautela tras conocer el dictamen del juez. El portavoz, José Antonio Sánchez Lozano, se mostró partidario de agotar todas y cada una de las posibilidades de salvación que aún existen, puesto que, en su opinión, "todavía no hay nada en firme y se puede controlar y mejorar la situación por la que se está atravesando". La intención de los trabajadores es mantenerse a la expectativa y esperar una respuesta positiva de la dirección, encaminada a la resolución de la crisis. Las posibilidades que se abren tras la negativa judicial a aceptar la suspensión de pagos son tres: declarar la quiebra voluntaria por parte de Jerez Industrial -opción que beneficiaría especialmente a los acreedores-, decretar una quiebra necesaria o presentar ante el juzgado una nueva y mejor argumentada declaración de suspensión de pagos. Ante este panorama, el portavoz de los trabajadores dijo estar confiado en que no se termine recurriendo a la salida más perjudicial para la plantilla. "No entendemos que se pueda dar una quiebra voluntaria. La única posibilidad que cabe es que alguno de los acreedores pueda instar a ella, aunque en ese caso los empleados somos los que más derecho a indemnización tenemos", afirmó Sánchez Lozano.