Los trabajadores y los empresarios temen por el futuro de la plantilla de Cruzcampo tras la venta de la fábrica

El anuncio de la venta de Cruzcampo ha provocado malestar entre los trabajadores y sus representantes sindicales por "el fondo y la forma" en la que se ha llevado a cabo. Las organizaciones laborales exigen más información y temen que la operación de venta culmine en "una mera especulación" financiera sin el respaldo de un proyecto empresarial. La patronal sevillana se ha sumado al temor por un posible reajuste de plantilla, según indicó el presidente de los empresarios, Fernando Guerrero. El comité de empresa ha solicitado una reunión con la dirección para recabar más detalles sobre la operación de venta. Los sindicatos quieren saber si el grupo multinacional Diageo, propietario de la cervecera, tendrá en cuenta que la ofertas presenten un proyecto industrial que garantice la continuidad de la fábrica. De no ser así, los trabajadores temen que una compañía sólo pretenda, según el secretario general de la Federación de Alimentación de UGT, Juan Lanza, "especular con las acciones". El presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES), Fernando Guerrero, coincidió en destacar este último peligro: "El temor es que el proceso de unión con otras firmas o la absorción conlleve el cierre de factorías o trastornos en el mercado de trabajo, porque cuando una empresa compra otra es de esperar que vaya buscando un aprovechamiento de la economía de escala y un ahorro de coste que puede traer consecuencias. Mientras no se desarraigue la factoría de Sevilla todo irá bien. Esperemos que esto no tenga consecuencias". Para el presidente de la patronal andaluza, Rafael Álvarez Colunga, la venta de Cruzcampo es simplemente una operación de venta "normal". "Ocurre en el mundo empresarial y no hay que darle mayor importancia", comentó. Álvarez Colunga resaltó la necesidad que algunas empresas tienen de "hacer alianzas para subsistir". En relación a un posible reajuste de plantilla, el presidente de la CEA anunció su oposición. Lo que no aceptará la patronal es una intervención directa de la Junta: "El mercado es el que tiene que regular".