La oposición argelina anticipa un fraude en las elecciones presidenciales
Los argelinos elegirán el jueves a su primer presidente civil desde la independencia. Los dos principales aspirantes de la oposición, el reformista Mulud Hamruch y el proislamista Ahmed Taleb Ibrahimi, lanzaron ayer serias advertencias ante un supuesto fraude masivo que prepararía el régimen para garantizar la victoria de Abdelaziz Buteflika. Es más, Hamruch anunció anoche una reunión para estudiar una posible candidatura única que agruparía a cuatro grupos opositores.
ENVIADO ESPECIAL, Agobiados por la violencia, la crisis económica y el inmovilismo político, los ciudadanos parecen contemplar con indiferencia el agitado proceso electoral. Los mítines han sembrado de promesas el país. Buteflika cerró ayer su campaña en Orán, pero Hamruch y Taleb Ibrahimi reservaron sus últimos cartuchos para sus actos electorales en la abstencionista ciudad de Argel.A primera hora de la mañana, Hamruch afirmó en una conferencia de prensa ante los periodistas extranjeros que los ciudadanos están ya hartos del "incumplimiento de las antiguas promesas". "Las listas electorales están infladas, hay personas que han sido inscritas dos veces en el censo", advirtió. En Argelia la inscripción es voluntaria y no existe un censo confeccionado por la Administración.
"El número de votantes supera a la realidad. Se ha producido una confiscación de la voluntad popular, con los mismos hábitos de las autoridades coloniales francesas. El fraude es el peor instrumento de la represión", argumentó Hamruch, quien no dudó en vaticinar una catástrofe si Buteflika gana los comicios por mayoría absoluta en la primera vuelta.
A la espera de que los candidatos de la oposición anuncien en las próximas horas medidas contra las supuestas manipulaciones electorales, la campaña siguió ayer su curso con viveza. Más de 5.000 personas, en su mayoría jóvenes, se reunieron en el polideportivo Harcha de Argel, en torno a Hamruch, el candidato que mejor parece haber sabido sintonizar con los votantes nacidos después de la independencia.
Reconciliación con el poder
"Si no se cambian los instrumentos del poder, y si la sociedad no puede controlar al poder, es inútil hablar de diálogo, reconciliación o paz", tronó Hamruch ante un público entregado, que coreaba sus lemas de campaña con la misma cadencia festiva de la que suele encender los campos de fútbol argelinos. "El pueblo tiene que reconciliarse primero con el Ejército y la policía, con el poder. El día 15 tendremos la oportunidad de expresar la verdadera reconciliación nacional", recalcó.Como cualquier observador exterior puede comprobar, el candidato reformista reconoció que la situación de seguridad ha mejorado claramente en Argelia en comparación con el pasado, tanto en el número como en la frecuencia de los actos violentos. "Pero los ciudadanos siguen teniendo el mismo miedo a viajar, a sufrir un ataque", aseguró Hamruch.
"Hace falta un cambio radical: una justicia independiente, y que la Administración deje de ser un instrumento de represión contra la población, que el Ejército defienda las libertades. Sólo bajo estas condiciones la población podrá entender lo que ha pasado en Argelia antes de pasar la página y abrir una nueva basada en la democracia".
Taleb Ibrahimi, por su parte, cerró la campaña en Bab el Ued, feudo del islamismo en el corazón de Argel. Su oficina electoral difundió horas antes un comunicado en el que denunciaba supuestas irregularidades cometidas por la Administración argelina a lo largo de la campaña. De esta forma, citaba "la utilización de medios de transporte públicos para trasladar a los asistentes a los actos electorales de un determinado candidato", en una evidente alusión a Buteflika, o el veto en los programas informativos de la televisión estatal a los actos electorales de Taleb Ibrahimi durante al menos dos jornadas.
Este último candidato ha sido ya respaldado por el Ejército Islámico de Salvación, brazo armado del disuelto partido Frente Islámico de Salvación (FIS), según una información de la agencia France Press recogida ayer por varios diarios de Argel.
Los actos de violencia, en cualquier caso, no han quedado en un segundo plano durante la campaña. Ayer, 10 personas fueron asesinadas por supuestos terroristas islámicos en la carretera que une Zemalta con Duar el Maleh, en la provincia de Mascara, oeste de Argelia. Las fuerzas de seguridad argelinas informaron ayer de que la matanza se produjo en un flaso control de carreteras instalado por los asesinos.
No es el único caso. La prensa argelina revelaba ayer que el ex primer ministro Ahmed Uyahia sufrió el pasado sábado un atentado al estallar una bomba al paso de su vehículo por la localidad de Kadiria, en la provincia de Buira (oeste de Argel), que causó al menos dos heridos entre los miembros de su escolta, según el vespertino Le Soir. Por su parte, el rotativo El Watan aseguraba que en la misma provincia de Buira una fuerte explosión debida a un sabotaje había provocado un incendio en el gasoducto Hassi Rimel-Argel.
Control a la prensa
Estas escuetas reseñas de los medios de comunicación argelinos constituyen en la práctica la única fuente de información sobre la situación de seguridad que reciben los periodistas extranjeros, en su gran mayoría confinados en un hotel de Argel y que son escoltados permanentemente por la policía a la hora de cubrir sus informaciones. El propio diario El Watan indicaba ayer que varios reporteros extranjeros, que se dirigían a informar sobre la campaña electoral de Hamruch en la ciudad de Tizi Uzu (oeste de Argel), tuvieron que apearse del autobús antes de ser "orientados" por responsables de la organización electoral hacia el polildeportivo de Argel, donde el candidato Buteflika iba a pronunciar su último mitin electoral en la capital.
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