Un piscolabis de 20.000 duros
Unos 40.000 pensionistas procedentes de toda la Comunidad Valenciana acudieron al estadio del Valencia Club de Fútbol atraídos por la excursión a la gran ciudad, la celebración de rifas y concursos, la posibilidad de bailar unos cuantos pasodobles, disfrutar de las actuaciones de un elenco de reputados artistas -María Abradelo, Pepe Marqués, Laura River, Pepe Marqués, Rosita Amores o el Titi- e incluso de la oportunidad de disfrutar de una suculenta merienda. Un centenar de los asistentes al acto -celebrado el pasado 29 de octubre en Mestalla y organizado por la Consejería de Binestar Social- asaltó durante la tarde varias cajas de zumo. La Policía tuvo que intervenir para evitar el expolio. Una mujer, incluso, llegó a golpear a otra jubilada en la disputa por la merienda gratuita. Un guardia jurado intercedió. Y ahora, un juez ha condenado a la agresora a indemnizar a la víctima con 75.000 pesetas y abonar una multa de 30.000 pesetas. Los hechos sucedieron en un momento indeterminado de un acto que transcurrió sin mayores incidencias. El presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana,entre los sorteos y las actuaciones de vedettes o artistas de variedades, arengaba a los mayores de la Comunidad. "¡Sois lo mejor de nuestra sociedad!, ¡Os lo mereceis todo!", dijo Zaplana, arropado por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el entonces presidente de la Diputación Manuel Tarancón y ejerciendo de telonero de lujo de Vicky Santel, artista. Tal vez en ese instante, probablemente en otro, dos mujeres se enzarzaron en una agria disputa en un vetusto pasillo de Mestalla. Ambas pretendían hacerse con un tentempié, dice escuetamente el juez, el titular del Juzgado de Instrucción número 18 de Valencia. Todo ocurrió "después de que las dos implicadas trataran de hacerse con unas bolsas con meriendas para pensionistas". Durante la gresca, una de las implicadas, vecina de Valencia, "le propinó un puñetazo en la cara" a la otra. La víctima de la refriega sufrió una "herida incisa en la nariz" y la "rotura de las gafas", recuerda el juez. La agresora, padeció la "inmovilización del quinto dedo de la mano derecha" y, lo que probablemente le ha dolido más, deberá pagar 105.000 pesetas. Tan sólo quería merendar, pero el piscolabis le ha salido por 20.000 duros.
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