Pujol acusa a sus socios de Unió de emprender una "escalada mediática"
na [EN] No hay semana sin problema. La reunión del comité de enlace entre Unió y Convergència, órgano creado con el objetivo de resolver los conflictos de la coalición, sirvió ayer para todo lo contrario; las relaciones entre ambos partidos se ensombrecieron de nuevo por culpa de las listas municipales. Las iras de los democristianos las suscitó el propio Jordi Pujol, quien en la reunión acusó a Unió de propiciar una "escalada mediática" y minimizó las amenazas contra el alcaldable de UDC en Sant Joan de les Abadesses, Alexandre Corredera.
La semana pasada, el conflicto estalló al conocerse que Pujol había propuesto al líder de UDC, Josep Antoni Duran Lleida, un puesto de comisario en la Unión Europea y por la voluntad de Unió de presentar una propuesta de nuevo pacto fiscal diferenciada de la de Convergència. Ayer, la elaboración de las listas para las próximas elecciones municipales, en junio, provocó un nuevo encontronazo político. Los dirigentes de UDC optaron ayer por llevar al comité de enlace los problemas generados en la confección de las candidaturas en más de 35 municipios catalanes. La respuesta que encontraron por parte del presidente de la Generalitat y de Convergència, Jordi Pujol, fue por partida doble. Por una parte, Pujol acusó a los dirigentes democristianos de propiciar una escalada mediática en la última semana: Comisión Europea, propuesta de pacto fiscal diferenciada y apoyo a las listas independientes próximas a UDC en las localidades donde se presentan separados de Convergència. El presidente, por otra parte, restó importancia a las amenazas recibidas por el candidato democristiano a la alcaldía de Sant Joan de les Abadesses (Ripollès), Alexandre Corredera, a quien intimidaron con quemarle el negocio si no abandonaba la política y se desvinculaba de la coalición nacionalista. La guinda la puso después Pere Esteve, secretario general de CDC, al afirmar, en rueda de prensa, que Unió valoraba más los aspectos "negativos" en la negociación de las listas, mientras que Convergència resaltaba los "positivos". El dirigente nacionalista afirmó, incluso, que en el comité de enlace no se habían tratado las divergencias suscitadas entre ambos partidos en la última semana. Las declaraciones de Pujol y Esteve irritaron profundamente a los dirigentes de UDC. En la sede democristiana se redactó en la tarde de ayer un comunicado de respuesta a Convergència, pero al final se optó por quitar hierro a la polémica. El portavoz del partido, Eugeni Pérez-Moreno, se limitó a acusar a sus socios nacionalistas de haber usado de manera partidista "la tribuna de la coalición". La situación había llegado a tal punto que obligó a los secretarios de organización de Unió y Convergència, Josep Sánchez Llibre y Felip Puig, respectivamente, a reunirse por la noche con el fin de cerrar aceleradamente las candidaturas en los municipios conflictivos. La crispación entre los dirigentes de Unió era evidente. "Nos piden que no apoyemos las listas independientes de nuestros candidatos y ellos, en 1995, desembarcaron en bloque en todos los municipios en los que no se presentaron con nosotros. ¿Ahora qué quieren?", se preguntaba ayer un alto cargo democristiano. Por su parte, Pere Esteve recordó en la conferencia de prensa que el pacto de coalición prohíbe expresamente que ninguno de los dos partidos apoye listas separadas de Unió y Convergència y añadió: "Intentaré que la grieta abierta por Duran para dar apoyo a los independientes no se llene". Pero la grieta es pequeña, según el propio Esteve, quien precisó que las discrepancias sólo afectan a "cuestiones menores".
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