Mike Jackson, de la estirpe de Montgomery
El pasado miércoles, en una entrevista con la BBC Radio, el teniente general Mike Jackson decía no estar al corriente de la posibilidad de que las tropas que dirige, los 12.000 soldados europeos del Cuerpo Aliado de Reacción Rápida, puedan terminar siendo la vanguardia de una ofensiva terrestre de la OTAN para ocupar, total o parcialmente, Kosovo."Ahora", dijo Jackson, "estamos concentrados en nuestra tarea inmediata, que es aliviar el desastre humanitario en Macedonia. Estremece ver cómo soldados que han pasado muchas horas cumpliendo sus obligaciones castrenses se presentan voluntarios para levantar en sus ratos libres tiendas para los refugiados que llegan de Kosovo".
Jackson no sólo tiene el título de sir, sino que es un digno heredero de esa gran tradición de oficiales británicos que produjo, entre otros, a Montgomery, el triunfador frente a Rommel en El Alamein, en 1942. Nacido en 1944, Jackson se formó en la Academia Militar de Sandhurst y en la Universidad de Birminghan. Es un intelectual que lee libros y escucha música en plena tienda de campaña, y tiene un título universitario de especialista en asuntos rusos; un deportista que practica regularmente el esquí y el tenis, y un guerrero formado en unidades de paracaidistas y servicios de espionaje.
En los años ochenta, Jackson, que está casado y tiene tres hijos, sirvió con su batallón de paracaidistas británicos en Irlanda del Norte y luego con una unidad multinacional de la OTAN en los fríos árticos de Noruega. Regresó a Irlanda del Norte al frente de la 39ª Brigada de Infantería, fue ascendido a general de división y en 1996 tuvo su primera experiencia balcánica como comandante de una división multinacional de IFOR. En febrero de 1996, al día siguiente de la muerte de tres soldados británicos a causa de la explosión de una mina, Jackson habló en su cuartel general de Gornji Vakuf con un reportero de la revista militar Jane's. Dayton, dijo, "es un buen acuerdo y puede ser aplicado". "En sólo seis semanas", prosiguió, "IFOR ya ha establecido en Bosnia una autoridad imparcial y capaz. Pero ésta es un área siempre difícil. La OTAN está muy preocupada por implicarse en misiones que se van complicando cada vez más".
El comentario fue premonitorio. La de Kosovo es una de esas misiones de las que nadie sabe ahora cómo salir. Pero si es a fuerza de infantería y caballería, Jackson y sus 12.000 soldados tendrán que dejar de atender a los refugiados y abrirse camino a tiros.
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