Zidane, el guardián del fútbol

Entre otras cosas, el fútbol es una cuestión de velocidades, aunque ahora se tiende a utilizar sólo una: la máxima, con todo lo que significa de atropello y abandono de la técnica en beneficio del atletismo. No hay precisión posible en estado de máxima aceleración, superada la frontera que permite tomar decisiones como un jugador y no como un robot. Por desgracia, abundan los entrenadores que predican un fútbol urgente. Para presionar, para cumplir las deberes defensivos, para atacar. Así, no hay manera de dar tres pases, ni de leer los partidos. Al grito de "viva Cartagena", el fútbol ha reducido sus enormes posibilidades estilísticas y ha puesto en peligro la raza del jugador pensante. La modernidad sirve como excusa para perpetrar ciertas aberraciones y para tranquilizar la conciencia de sus propagandistas.La figura de Zidane sirve fundamentalmente para recordarnos cómo se juega al fútbol. Frente al Manchester volvió a desplegar todas sus artes, que no son otras que un sentido muy afinado para utilizar el espacio y el tiempo. O sea, la velocidad. La Juve, de cuyo apego por la sobreaceleración no hay duda, necesitó a Zidane para darse un respiro y para poner en orden la casa. El jugador francés se distingue por tomar decisiones, y por tomarlas de manera adecuada. Lo hace para aparecer libre, para jugar a uno o dos toques, para girarse y retrasar la pelota, para cambiar el juego, para encontrar lo que otros no pueden encontrar porque la quemazón les nubla el pensamiento.
La particularidad de Zidane es contradictoria. En otros tiempos, este tipo de futbolista se hacía obligatorio en cualquier equipo. Gente capaz de articular el juego con naturalidad y sabiduría, haciendo lo correcto en los lugares apropiados. Pero ahora, esta raza se encamina a la extinción, devastada por los excesos: de velocidad, de obligaciones, de uniformidad.
No son pocos los que se sorprenden del prestigio de Zidane. "No hace nada especial", dicen. Cierto. No dispone de ninguna cualidad que le distinga y lo coloque a altura de los diferentes: de Pelé, Maradona, Cruyff, Di Stéfano, Van Basten. Pero ese reproche apenas importa. Interesa más lo que representa Zidane, el guardián del conocimiento, de la manera correcta de interpretar el fútbol, un jugador habitual en otros tiempos, atípico ahora, necesario siempre.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
La Policía de Málaga interviene en una fiesta con cien personas en una vivienda alquilada en Churriana
Tráfico prevé 8,3 millones de desplazamientos en la segunda fase de la operación especial de Navidad
China sanciona a 20 empresas de defensa de Estados Unidos por vender armas a Taiwán
La incidencia de la gripe empieza a descender tras alcanzar el pico de contagios antes de las Navidades
Lo más visto
- Los socialistas valencianos reclaman a Feijóo que entregue a la jueza de la dana la conversación íntegra con Mazón
- Víctor Bermúdez, profesor de Filosofía: “Hemos perdido el control del proceso educativo, lo que damos en clase es en gran medida un simulacro”
- Zelenski confirma que cualquier pacto con Rusia deberá ser ratificado en referéndum
- “Un jardín con casa, no una casa con jardín”: así es la premiada vivienda de 146 metros cuadrados que se camufla con la vegetación
- TVE se reivindica (con pulla) en su gran noche televisiva




























































