Un error informático permite la demolición de un edificio protegido
La fe en la informática ha permitido que un edificio protegido acabe en nada. El expediente que debía salvar su fachada estaba en marcha y el alcalde de Barcelona, Joan Clos, había decretado la suspensión de licencias en el solar que ocupaba. Pero estos hechos no fueron anotados en el registro informático y cuando sus propietarios pidieron una autorización para demolerla, les fue concedida. El gerente de Urbanismo, Borja Carreras-Moysi, y el del distrito de Sarrià, Ricard Huertas, han puesto sus cargos a disposición del alcalde.
La casa se hallaba situada en la calle Camí de Vallvidrera 1-9, junto a la de Sant Pere Claver. El expediente, aún en trámite, señala que carece de valor individual, aunque refleja las tendencias de una época y una clase social que colonizó la vertiente de la montaña del Tibidabo. En un primer momento, la casa fue catalogada como "nivel D": significa que debía ser fotografiada y sus planos conservados, pero que el edificio podía ir al suelo. Posteriormente pasó a ser precatalogada como "nivel C": implica que, además de las fotografías y los planos, debe conservarse la fachada. Fue propiedad de la familia Valls y Taberner, que la utilizó como segunda residencia y, más tarde, como primera, otra de las características de las construcciones situadas en esa zona. El arquitecto que la construyó fue Salvador Soteras Taberner, autor de otras obras en Barcelona como el Círculo Ecuestre (edificio hoy desaparecido que hizo en colaboración con Félix Azúa), que estaba en el paseo de Gràcia, y del apeadero de la misma vía. También decoró parte de la estación de Francia. El arquitecto que ha firmado los trabajos de demolición es Santiago Bergnes de las Casas Soteras, nieto de Salvador. Apenas conocer que el edificio había sido derribado, el Ayuntamiento abrió una investigación para establecer las causas que había llevado a la situación. Se trataba de averiguar si hubo un error, y en caso afirmativo de corregirlo en el futuro, o si había alguna mano tendida facilitando la operación. Todo apunta a la primera hipótesis. Pese a ello, el gerente del distrito de Sarrià, Ricard Huertas, y el de Urbanismo, Borja Carreras, han puesto sus cargos a disposición del alcalde "como reconocimiento de la responsabilidad en el error". El candidato a la alcaldía por CiU, Joaquim Molins, aprovechó para sugerir que dimitiera el responsable de Urbanismo, el teniente de alcalde Xavier Casas. Éste respondió que no quería entrar al trapo y reclamar la dimisión del concejal del distrito (Jaume Ciurana, de CiU). El PP ha pedido un pleno monográfico en Sarrià y ha dirigido varias preguntas al Gobierno municipal, acciones previas a la exigencia de responsabilidades, explicó el concejal Emilio Álvarez. El Ayuntamiento ha empezado negociaciones con la empresa propietaria del solar para reconstruir la fachada, siguiendo las fotografías existentes, aunque con nuevos materiales. Para facilitar la operación estaría dispuesto a reconocerle carácter plurifamiliar. En estos momentos sólo hay licencias (paralizadas) para casas unifamiliares.
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