Una riña entre bomberos provocó que se dejara de buscar víctimas en el derrumbe de Sevilla

En plena búsqueda de posibles víctimas tras el derrumbe de una fachada en la calle Bustos Tavera de Sevilla, los bomberos de Huelva y Sevilla se enfrascaron en una disputa que precipitó el fin de la búsqueda de afectados. Los bomberos sevillanos derribaron el último tramo del muro, bajo cuyos escombros estaba precisamente la joven fallecida, María Teresa Guardia Vidal. El director del Consorcio Provincial de Bomberos de Huelva, Manuel Canelo, aseguró ayer que el jefe de bomberos de Sevilla, José María Casar, le expulsó junto con su equipo de las labores de rescate. Casar, por su parte, asegura que cuando la unidad canina de Huelva abandonó el lugar del accidente, éstos le dijeron que ya habían terminado su trabajo.

"Nos parece una aberración que alguien se considere dueño de la seguridad pública. José María Casar actuó como un señorito andaluz de las desgracias, para su autosatisfacción", se quejaba ayer Canelo. El equipo de bomberos onubense acudió a Sevilla en dos tandas con seis hombres y cinco perros adiestrados en la búsqueda de personas con vida entre los escombros. Se trata de un grupo altamente cualificado, que en febrero intervino en Centroamérica en el rescate de víctimas del huracán Mitch. Los bomberos de Huelva recibieron la llamada de aviso procedente del Parque Central de Sevilla a las 17.50 horas del martes y en 35 minutos llegaron al lugar del siniestro en la calle Bustos Tavera. La discusión se produjo sobre las 19.30 horas. "José María Casal gritó de pronto: "Canelo, retírese inmediatamente de la zona de escombros". Nosotros recogimos los bártulos y nos fuimos. Fue desesperante. Eso sí, teníamos la absoluta certeza, después de los rastreos realizados, de que allí no quedaba nadie enterrado con vida", explicó. Antes de irse, los bomberos onubense volcaron sus iras y protestas sobre Alejandro Rojas Marcos, que estaba en la zona. El objetivo de los bomberos onubenses consistía en que los cinco perros rastrearan la zona. "El segundo de los animales hizo un extraño, llegó a ladrar, pero no como nosotros entendemos en forma de señalización de persona viva. El primero y el tercer perro no hicieron nada. Cuando íbamos a pasar de batida al cuarto perro, nos echaron de allí". Ambos cuerpos están enfrentados desde hace tiempo por la publicación de un reportaje periodístico en el que los onubenses criticaban la, a su juicio, altivez de los sevillanos. Casar asegura que el jefe de la unidad canina de Huelva, Jaime Parejo, le comunicó que había terminado su trabajo cuando recibió la llamada de que llegaba Canelo con más perros. Al llegar éste se produjo la discusión entre Casar y Canelo. El jefe sevillano decidió entonces derribar lo que restaba de pared. Los cascotes cayeron sobre el lugar donde cuatro horas después apareció el cadáver de la joven María Teresa Guardia. Los bomberos sevillanos no reclamaron la presencia de la Guardia Civil que tiene nueve perros adiestrados en la propia Sevilla, como hicieron tras el derrumbe del Bazar España. Un vecino, Sergio Fernández, asegura que advirtió a los bomberos de la existencia de un cadáver y que le llamaron "embustero".