¿Centros de trabajo?
Tengo una hija de 29 años con una minusvalía del 38% que, atendiendo a una oferta de trabajo de la lavandería industrial en la que sólo trabajan minusválidos, fue contratada el 17 de marzo y despedida el 24 de ese mismo mes. Trabajó cinco días seguidos y realizó la tarea que le asignaron bastante bien, a pesar de que mi hija desconocía este trabajo. Pero el día 24 la hostigaron durante todo el día, llegando a encomendarle cuatro tareas distintas de las más difíciles, sin tener en cuenta su minusvalía. Fue tratada con voces, amenazas de despido y palabras vejatorias (como "inútil") por la misma persona que al finalizar la jornada la despidió de igual manera.Señor director, a mi hija ese mismo día le habían realizado una resonancia magnética craneal, lo cual, unido a los continuos cambios de tarea y al mal trato recibido, contribuyó a que el trabajo realizado no se ajustara a la perfección exigida que en los cinco días anteriores había alcanzado. Al día siguiente me presenté para hablar con la persona que tan mal trató a mi hija. Aunque esta mujer se encontraba en su despacho en esos momentos, no quiso salir a recibirme. Por ello le escribo esta carta, porque tengo la necesidad de decirle a alguien que esto es injusto: que su minusvalía no la incapacita para realizar bien su trabajo (como lo demostró los cinco días anteriores) y que, dado su carácter respetuoso y afable, no estimo digno el trato que se le ha dispensado. Por otro lado, considero que quien esté al mando de personas como mi hija debería estar más preparado y tener en cuenta que éstas trabajan precisamente allí por su condición de minusválidas. De seguir en esta línea, opino que este centro, en teoría de trabajo e integración para minusválidos, acabará convirtiéndose, en la práctica, en un centro de explotación de minusválidos.-
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